sábado, 18 de febrero de 2017

EVANGELIO DEL DÍA Y MEDITACIÓN

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Primera lectura

Lectura de la carta a los Hebreos 11,1-7:

La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve. Por su fe, son recordados los antiguos. Por la fe, sabemos que la palabra de Dios configuró el universo, de manera que lo que está a la vista no proviene de nada visible. Por la fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio mejor que Caín; por ella, Dios mismo, al recibir sus dones, lo acreditó como justo; por ella sigue hablando después de muerto. Por fe, fue arrebatado Henoc, sin pasar por la muerte; no lo encontraban, porque Dios lo había arrebatado; en efecto, antes de ser arrebatado se le acreditó que había complacido a Dios, y sin fe es imposible complacerle, pues el que se acerca a Dios debe creer que existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por fe. Noé, advertido por Dios de lo que aún no se veía, tomó precauciones y construyó un arca para salvar a su familia; por la fe, condenó al mundo y consiguió la justicia que viene de la fe.

Salmo

Sal 144,2-3.4-5.10-11 R/. Bendeciré tu nombre; Señor, por siempre

Día tras día, te bendeciré 
y alabaré tu nombre por siempre jamás. 
Grande es el Señor, merece toda alabanza.
Es incalculable su grandeza. R/.

Una generación pondera tus obras a la otra 
y le cuenta tus hazañas. 
Alaban ellos la gloria de tu majestad, 
y yo repito tus maravillas. R/.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, 
que te bendiga tus fieles; 
que proclamen la gloria de tu reinado, 
que hablen de tus hazañas. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 2-13

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. 
Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» 
Estaban asustados, y no sabía lo que decía. 
Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: «Éste es mi Hijo amado; escuchadlo.» 
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. 
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.» 
Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos». 
Le preguntaron: «¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Ellas?» 
Les contestó él: «Elías vendrá primero y lo restablecerá todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Os digo que Ellas ya ha venido, y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito.»

Compartimos la Palabra

La fe hizo y hace la diferencia en la vida

Comienza el cap. 11 con una especial definición bíblica de la fe con carácter impersonal (v1), el autor, la pone en estrecha relación con la esperanza. " la fe es la certeza-seguridad-garantía de lo que se espera, la convicción-prueba de lo que no se ve"(V1).El autor de esta carta u homilía a los Hebreos presenta en todo este cap.11 varios modelos (hombres y una mujer) de fe. Partiendo del testimonio y experiencia de vida de personajes insignes o despreciables (recordemos las caídas de muchos) va describiendo la riqueza y la fuerza de la fe
Todos ellos están en camino, imperfecto, por supuesto, pero van movidos y empujados hacia la vida, van buscando la patria celestial que presienten. Y todo esto condimentado con la incertidumbre, con el caminar como atientas, barruntando lo que para nosotros se manifestará plenamente en Cristo.
Desde el (V2) el autor no quiere que nos quedemos en "qué es la fe", sino que describe "qué hace la fe" por nosotros. De hecho todo el capítulo desarrolla el tema de cómo la fe hizo la diferencia en la vida de nuestros antepasados. Por la fe...por ella... y en la fe... en 25 ocasiones es utilizada esta expresión en este capítulo. ¿No querrá decirnos también hoy, algo fundamental? En las comunidades cristianas de ese momento aparecían signos de desaliento, de interrogantes, y este autor les invita-nos invita a abrirnos al dinamismo del Espíritu.
Por cierto que estos días he visto la película Silencio de M. Scorsese. Si pueden no dejen de ir a verla. Sí, sabiendo, que nos confronta con muchas preguntas.

Maestro, ¡qué bien estamos aquí!

Seis días después (V2), ¿después de qué? podemos pensar que se refiere, a todo lo que en el pasaje anterior, Jesús les había anunciado y enseñado, unos hechos dramáticos sobre su vida y misión: 1) se disponía a tomar el camino del sufrimiento y la muerte; 2) les invitaba a seguirle, sin ahorrarles la cruz y entrega de su vida. 3) les prometió, que alguno de ellos verían ya aquí, el reino de Dios y su gloria.
Imaginemos por un momento, el ánimo y sentimientos de sus discípulos...necesitan recobrar fuerzas y entusiasmo.
Jesús se propone fortalecer la fe de sus apóstoles, y toma a tres de ellos, ¿por qué el Señor escogió sólo a tres para esta ocasión?, lo ignoramos, son los mismos, que serán testigos de su gran poder para frenar a la muerte (Mc 5,37-42), y de su momento de mayor angustia y dolor. (Mc 1432-33).
Sin duda, Jesús les invita para vivir un hecho especial: la manifestación de su gloria, de su transformación y la testificación del Padre: "Este es mi Hijo amado, escuchadle" El Padre no sólo está anunciando su revelación en Cristo, sino que también está aprobando su misión y obra, lo que se aprestaba a realizar en la cruz. ¿El Padre, lo hace por Jesús? Entendemos bien que fue por sus discípulos y por toda persona que en la historia, se encuentre con Jesús y su evangelio. ¡Hoy, nosotros-nosotras tenemos abierto el camino!
A parte de la voz de Padre, está también la de Pedro, que se deja llevar por lo que siente en ese momento: "Maestro, qué bueno es estar aquí". Bien es verdad, que el narrador dice:" estaban tan asustados que no sabía que decir." Es evidente que Pedro no pensó lo que decía, pero por un momento hagámonos eco de su alegría y gozo. Cuánta emoción produce al recordar momentos significativos de nuestra vida: retiros, celebraciones...etc. Intentemos vivir con esa misma alegría e ilusión, en lo cotidiano.
Hoy la familia dominicana celebramos al B. Juan de Fiésole (Fray Angélico), nace en la Toscana y muere en Roma el 18/02/1455. Supo plasmar con gran fidelidad en sus pinturas y murales, los divinos misterios y vida de santos, que contemplaba en la oración y el estudio. Se dice de él, que supo colocar una gran armonía entre el arte y la vida. Con frecuencia repetía: "Quien hace cosas de Cristo, debe estar siempre con Cristo".
Hna. Virgilia León Garrido O.P.
Congregación Romana de Santo Domingo

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