
La hermandad de la Santa Caridad expone en sus dependencias más de una veintena de representaciones del Niño Jesús propias, procedentes de hermandades y de particulares
P-M. DURIO CÁDIZ | ACTUALIZADO 02.01.2016 - 01:00
No puede faltar en ningún Belén, es la figura principal de la Navidad. Pero además de mostrarse acostado sobre un pesebre, en las casas de Cádiz se esconden cantidad de representaciones del Niño Jesús. La hermandad de la Santa Caridad ha sacado a la luz estos días la devoción íntima que los gaditanos tienen a estas representaciones del Niño, abriendo al público una curiosa muestra en las dependencias que la hermandad tiene encima de su iglesia de San Juan de Dios. "Siempre en Navidad montamos el Belén y procuramos darle importancia y realce a la fiesta organizando varias actividades y conciertos. Y este año se nos ocurrió la idea de habilitar esta exposición, además de dos conciertos de grupos amigos que hemos organizado con un fin social", explica el hermano mayor de la Santa Caridad, Juan Antonio Aragón.
Más de una veintena de imágenes del Niño Jesús se reparten en el pasillo de las dependencias de la primera planta de lo que vendría a ser la casa de hermandad de los cofrades de la tohalla. Se trata de representaciones que obran en poder de hermandades (de la propia Santa Caridad, que tiene varias, de Columna, de la Palma, de Servitas o del convento de San Francisco) o que pertenecen a particulares que durante estos días de Navidad las han sacado de sus casas para que el público en general las contemple.
Es aquí, precisamente, donde radica uno de los principales atractivos de la muestra. Y es que las imágenes expuestas están marcadas por una especie de aura de la devoción de la familia que la tiene en su casa. Muchas historias se esconden detrás de cada imagen; historias particulares, relaciones familiares que quedan entre las cuatro paredes de las casas de Cádiz. Como la de una gaditana que es muy devota de una imagen del Niño Jesús de Praga porque le atribuye un milagro.
Otro atractivo es la variedad histórica y artística que recorre el pasillo. Y es que las imágenes expuestas están datadas desde el siglo XVIII hasta hace apenas unos días, en pleno siglo XXI. Y hay obras de destacados autores, como Giscardi (escultor de quien la Santa Caridad posee una talla de un Niño Jesús y que es conocido en la ciudad por tener varias imágenes atribuidas, entre ellas la Virgen de las Lágrimas de Columna) o Cristóbal Ramos (autor de una imagen del Niño que posee la hermandad de La Palma); y de históricos talleres como los de la localidad barcelonesa de Olot.
A estos atractivos se unen, también, la amplia variedad en la representación del Niño Jesús que ofrece esta exposición de la Santa Caridad. Como la del particular Niños Corazón de Jesús, que es una devoción que se extendió en los siglos XVIII y XIX y que muestra el Sagrado Corazón de Jesús pero representado en una imagen del Niño. Hay tallas pequeñas, casi miniaturas, y otras de un tamaño casi real. Hay imágenes de madera, de barro o pinturas (como la que Antonio Álvarez del Pino ha realizado precisamente con motivo de esta exposición). Hay Niños con pelo natural, Niños representado en los brazos de San José, o con los atributos de la Pasión. Niños vestidos con túnica bordada o llevando sólo el paño tallado. O Niños representados incluso en una pintura peruana sobre la Huida a Egipto.
Niños, en definitiva, que han sido durante siglos y siguen siendo devociones de hermandades y de familias particulares de la ciudad. Y que estos días llenan el pasillo de la primera planta de las dependencias de la Santa Caridad junto a su sede canónica, recibiendo un goteo constante de visitantes que se mantendrá hasta el mismo día de Reyes -de lunes a sábados en horario de once de la mañana a una de la tarde y de cinco a ocho de la tarde, y domingos y festivos de doce del mediodía a una y media de la tarde- cuando esta curiosa muestra navideña se dará por clausurada.
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