Desconecta de la prisa cuando esta no es necesaria. Si te molesta la gente de la calle que no camina deprisa, el compañero que no trabaja deprisa, el camarero que no te sirve deprisa, la dependienta que no te despacha deprisa, el automovilista que no conduce deprisa, el cura que no dice deprisa la Misa..., algo está fallando en ti. Revisa tu reloj interior y relaja tu tempo. Disfrutarás más de todo lo que te rodea.
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