EL OBISPO RAFAEL ZORNOZA DEBE SEGUIR EN SU LÍNEA; POR JOSÉ MORENO FRAILE.

Sólo con ver la dinámica del obispo diocesano, Rafael Zornoza Boy, su palabra, sus visitas aSan Fernando, su amabilidad y atención a los jóvenes, o sólo con apreciar los cambios efectuados se ve que tiene verdadera intención de resanar y actualizar la diócesis de Cádiz y Ceuta.

Esta semana pasada estuvo de nuevo en San Fernando para la renovación del bautismo de los alumnos de los colegios religiosos que se confirmarán este año y ha anunciado su presencia en la procesión del Corpus Christi del 2 de junio, demostrando que tiene en cuenta la diócesis y no sólo a Cádiz.

La sorpresa me la llevo cuando veo el revuelo formado por la renovación de la Pastoral Juvenil y el comportamiento de cuantos estaban incluídos en ella, pidiendo incluso el cambio de obispo o con comentarios que aquí no voy a exponer, pero que vienen a demostrar que la decisión del obispo es más que acertada, pues comportamientos que atacan a un Pastor de la Iglesia demuestran que no se está preparado para desempeñar cargo alguno en el seno de la misma. Y por tanto, sobran, porque la Iglesia lo que de verdad necesita hoy son católicos comprometidos con un testimonio de vida y no personas cuya vida de Iglesia se limite a tener una función concreta o un protagonismo cierto.

La diócesis de Cádiz y Ceuta necesita de una profunda renovación en todos los órdenes. Claro, que no se puede hacer todo de una vez y es lógico que Rafael Zornoza quiera una diócesis fuerte que responda a las necesidades del momento, que no son pocas. Porque si no se realizan esos cambios, no mejorará la dinámica en la diócesis, y esa mejora y compromiso de todos es más que necesario ante esas minorías que con su ruido, menosprecian el valor del cristianismo. La renovación de párrocos y la llegada de nuevos sacerdotes son señas de esa necesaria renovación de la diócesis. Una renovación que no se ha completado y a la que todavía le queda mucho, pero confío en que poco a poco, y una vez que Rafael Zornoza va tomando nota de la situación diocesana y que en base a ese conocimiento continúe renovando la diócesis, para que resulte de una dinámica fresca y activa. En su buen proceder confiamos, esperando esa renovación esté guiada por el Espíritu Santo.