sábado, 27 de abril de 2013

ASIA/BANGLADESH: ULTIMÁTUM AL GOBIERNO DE LOS EXTREMISTAS ISLÁMICOS: "APROBAD LA LEY DE BLASFEMIA O ASEDIAREMOS DHAKA".

AGENCIA FIDES.


Dhaka – Gran tensión entre los movimientos islámicos y el gobierno de Bangladesh. El grupo Hefazat-e-Islam - que a principios del mes de abril había promovido una importante manifestación - ha dado un ultimátum al gobierno, intimidandolo para que apruebe el “Documento con 13 peticiones” - una especie de nueva ley de la blasfemia – antes del 30 de abril. Si no lo hará, el 5 de mayo, el grupo llevará a cabo una nueva manifestación en la capital, que ha sido definida “un asedio a Dhaka”. El proyecto de ley de 13 puntos, propone, entre otras cosas, la pena de muerte para toda persona declarada culpable de blasfemia hacia la religión islámica; impide a las mujeres trabajar con hombres; prohíbe todas las actividades culturales que difaman el Islam; hace obligatoria la educación islámica.Según fuentes de Fides, “se trata de la prueba de fuerza de los islamistas más grande de todas”, mientras que el movimiento HeI está organizando encuentros de sensibilización en diferentes partes del país para presionar al gobierno a cumplir con sus peticiones. Se está realizando, señalan fuentes de Fides, una des-legitimación del poder ejecutivo, que es descrito como “enemigo de los musulmanes”, que “no tiene derecho a mantenerse en el poder”, acusado de “albergar a las fuerzas anti-islámicas”. “Tendrá que enfrentarse a graves consecuencias si continúa haciéndolo”, dicen abiertamente los activistas. El movimiento Hefajat-e-Islam significa “salvar el Islam y la humanidad”, y también ha puesto en marcha una campaña contra los bloggers considerados “ateos y blasfemos”. El desafio a las instituciones preocupa a las minorías religiosas, como cristianos y budistas, que en los últimos meses han sufrido actos de intimidación. Su Exc. Mons. Moses M. Costa, Obispo de Chittagong, declara a Fides: “En general, la gente vive con un espíritu de armonía y paz en la sociedad. Durante este período, la cuestión de la sharia ha saltado a la luz pública, pero muchos musulmanes quieren un estado laico. Sólo algunos grupos lo promueven con fuerza. Nosotros, como pequeña minoría, a veces vivimos dificultades: nos acusan de proselitismo y de conversión. Pero somos tan pocos, menos del 1% en la sociedad, que es difícil sostener este tipo de acusaciones. A pesar de todo, vivimos la fe con alegría. La Iglesia es apreciada por el gobierno y por el pueblo, por nuestras obras y nuestra credibilidad. Muchos creen en nosotros y nos dan las gracias por nuestras obras sociales y educativas”.

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