No te aísles de tu entorno, no te escondas detrás del periódico y los auriculares. Abre los ojos y los oídos a lo que ocurre alrededor: Hay infinidad de personas y situaciones que te están permitiendo crecer en bondad y amabilidad. Saluda, sonríe, cede el asiento, retira obstáculos, ayuda a superar barreras. Todas estas pequeñas cosas son un excelente entrenamiento para alcanzar un corazón generoso.
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