domingo, 29 de julio de 2018

UN EMOTIVO PREGÓN A TRES VOCES PARA LA ISLEÑA HERMANDAD DEL NAZARENO




Un momento del pregón del Nazareno, el viernes en el Teatro de Las Cortes
La hermandad del Nazareno vivió el viernes un momento importante de la conmemoración de su 250 aniversario con el pregón a tres voces que un Teatro de Las Cortes repleto pudo disfrutar durante dos horas, en las que el texto se mezcló con la música. El conductor del acto, el periodista y cofrade Antonio J. Campos, que también participó en la cita -como una de esas tres voces- con una miscelánea de pregones a la Virgen de los Dolores, remarcó que la conmemoración de la entidad cofrade "tenía que tener su prosa y tenía que tener sus versos", repasar los 250 años de historia, detenerse en el presente y mirar "a dos de las mayores devociones que hay en nuestra Isla". Sobre el escenario, advirtió, escucharán tres voces, pero detrás laten "muchas más", "casi tantas como las que a diario se dirigen a Él, y a Ella".
El hermano de la entidad nazarena Ricardo Olmedo recordaba la leyenda del Mesón del Duque y del arcón dejado por unos italianos. "Lo que pasó cuando se abrió aquel cajón ya lo saben todos ustedes o al menos se lo imaginan. Porque esta historia se repitió de boca en boca durante décadas por las calles de La Isla, por los mentideros de la plazuelas, por las trastiendas de los ultramarinos, por las sacristías de las iglesias, por los callejones, por los patios de vecinos y por los salones nobles de la calle Real", pronunció. Era la más potentes de las leyendas verdaderas de toda la historia de La Isla de León, expuso sobre esa aparición de la imagen del Jesús Nazareno. La historia de la hermandad y sus vicisitudes fueron desgranadas para mostrar la verdad de una devoción creciente en 250 años.
El otro pregonero, Antonio Alías, se centró en Jesús Nazareno. "Nazareno, ¿quién te hizo?", se preguntaba para detallar el trabajo de ese escultor desconocido. "El artista fue puliendo rubores, rematando luces y sombras en aquel bellísimo modelado. En aquel rostro humano doliente (...). A falta de los últimos toques de pincel cobra vida a los ojos del artista", decía a los presentes. Con "Nazareno, ¿dónde estás?" y "Nazareno, ¿tú que quieres?" completaba su emotiva intervención.

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