jueves, 30 de marzo de 2017

FUE DESPEDIDO, SE ENCONTRÓ A DIOS Y HOY ES EL ENTRENADOR CAMPEÓN DE EUROPA







Fernando Santos, técnico de Portugal, ofreció su experiencia y dio claves para acompañar a los jóvenes de hoy en el Simposio de la CCEE
Fernando Santos es exjugador de fútbol y ahora entrenador. Concretamente, de la selección portuguesa, de figuras como Cristiano Ronaldo. El pasado verano, contra todo pronóstico, se alzó con la Eurocopa celebrada en Francia y en una final emocionante ante el país anfitrión. Santos, de 62 años, ha tenido muchos éxitos en el fútbol, sobre todo, en Grecia, donde ha desarrollado gran parte de su trayectoria como preparador. Sin embargo, fue un fracaso, en 1994, cuando fue despedido del Estoril, el que le hizo encontrarse con Dios, convertirse y ser ahora un creyente comprometido.
A través de un vídeo, el entrenador portugués se hizo presente estos días en Barcelona, donde se celebra un simposio sobre jóvenes organizado por el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) y que se centra fundamentalmente en el acompañamiento. Su primer consejo fue el de conocer bien a los jóvenes, sus ambientes y origen, y, al mismo tiempo, «crear vínculos cercanos con ellos».
En el campo en el que el trabaja, el fútbol, cree que el acompañamiento constante es fundamental. «El fútbol no se reduce a jugar con un balón; hay más cosas que desarrollar: la inteligencia, el espíritu colectivo», explica.
Como cristiano, reconoce que ante los miedos y decepciones de los sus jóvenes siempre tien un consejo que dar. «Intento, sobre todo, dar mi propio ejemplo. Hace más de 20 años fui despedido de un club… A raíz de eso hice un curso de cristianad y descubrí a Dios. Solo por eso ya mereció la pena haber sido relevado. Si no me hubiese sucedido eso, hoy no sería campeón de Europa».
Santos reza todos los días, cuando se levanta y se acuesta. Dice, además, que lleva el Espíritu Santo siempre con él para que le ilumine en el camino. ¿Y reza por sus futbolistas? «Pido al Señor que nos proteja, que no haya ninguna lesión grave, pero sobre todo pido para que les vaya bien en la parte humana. Le pido para mí el don de la sabiduría, para estar atento a todas las señales y tomar las decisiones correctas. Sí, siempre rezo por mis jugadores».
F. Otero. Barcelona

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