Todo se contagia. Si tenemos experiencias positivas, propaguémoslas. Una persona, una familia feliz, una pareja unida también contagian, o al menos pueden sugerir a otros una pregunta ilusionante: ¿Por qué no podemos conseguirlo nosotros también?
Algunas expresiones y actitudes pueden ayudarnos a generar un clima familiar y de pareja que contribuya a nuestro bienestar y crecimiento personal y el de otra persona.
TE AMO. Nadie se puede sentir realmente feliz hasta oírselo a otro. Atrévete a decírselo a tu pareja, padres, hermanos, hijos...
¡QUÉ BIEN LO HAS HECHO! Cada uno tenemos una cualidad que merece reconocimiento. Todos necesitamos en algún momento el reconocimiento de un logro o meta alcanzada. ¿Cuándo fue la última vez que se lo dijiste?
PERDONA, ME HE EQUIVOCADO. No es fácil decirlo, pero cuando cometes un error, aprende a decir con mudurez: "Perdóname".
AYÚDAME, TE NECESITO. Si no admitimos nuestra fragilidad y la necesidad que tenemos de otros, tenemos un problema. No te reprimas. ¡Pide ayuda!
TE ESCUCHO, HÁBLAME DE TI, ¿QUÉ TE PASA? ¿Cuántas veces se los ha dicho? Muchos problemas y malentendidos se resolverían escuchando.
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