martes, 4 de julio de 2017

CONTRA MONTORO; POR ENRIQUE MONTIEL


Diario de Cádiz
La historia del cazador cazado? Suenan los cuernos de la montería. Los tiradores están desde hace tiempo en el aguardo. La batida trae a la gran pieza a la ladera del monte, lo saca de la umbría. Buenas escopetas, algún rifle con mira telescópica. Y de la otra orilla del telediario llega, al parecer, Soria con un cuchillo entre los dientes. De monte. Estaba Rato, al que uno de los hombres de Montoro puso la mano en la nuca al meterlo en el coche detenido. Uff, difícil de perdonar. Y el Tribunal Supremo, que le ha dado un revolcón gordo. Además de llamarle la atención. A saber cuántos más. Digo en todo lo que se mueve. Lo sabe el sardónico, muy envejecido por la Hacienda española. Ya van claramente a por él. ¿Le dirá al presidente que le dé puerta, salir con la mayor dignidad posible? Es que está en la parrilla, esta cosa de vuelta y vuelta en donde algunos se han chamuscado hasta los huesos. Sí, sí, Montoro tiene mucho más que la lista Falciani, que es secreta pero no imposible de publicar en todo o en parte. Eso es un contrapeso por si se pasan de frenada, pero se huele la sangre. La madre de Soria era una línea infranqueable, como en efecto fue. Pero tuvo sus contraindicaciones. Y no sabemos todas las líneas infranqueables que se han cruzado o amagado. Eso deja cicatrices. Y encanece mucho, o hace que a uno se le caiga el pelo.
Se trata de que ya "la audiencia" quiere la lista de los amnistiados, los que tenían las fortunas en los paraísos fiscales o no, tenían el dinero fuera y no dentro. Y Montoro les dio un blanqueo de lujo por un módico precio. Es comprensible, lo de "la audiencia", que paga por todo. Y nadie le da un poquito de por favor, al contrario, llegan esos hombres inexpugnables y ponen las multas, hacen las paralelas, escudriñan cuatro años y te dejan sin resuello. Frente a los que han pagado por un poco, o un poco en definitiva. ¿Quiénes son? La existencia de los hechos y la inexistencia de los susodichos es un frente amplio. Y las circunstancias particulares, claro. De ahí la cacería (palabra de creación andaluza, por cierto). Sin ser Rambo Montoro, va pulcro siempre y con corbata, ni camuflaje ni más armamento que una maleta de Ministro de Hacienda. Que es un arsenal si bien se mira pero tiene dentro una oquedad secreta y no depende de la mano que la empuña sino de la mano que lo nombra. ¿Aguantará el astuto? Demasiadas escopetas, me temo. Y este calor.

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