miércoles, 28 de diciembre de 2016

¿CÓMO SER SANTO E IR DE COPAS? RECOGEMOS 10 RECOMENDACIONES DEL PADRE JOSÉ PEDRO MANGLANO

Religión en Libertad
¿Cómo ser santo e ir de copas? Recogemos 10 sugerencias del padre José Pedro Manglano


El sacerdote José Pedro Manglano es uno de los autores de espiritualidad más leídos en español, con más de 30 títulos publicados y más de un millón de ejemplares vendidos, entre ellos El amor y otras idioteces, sobre amor y enamoramiento.

Reflexionando continuamente sobre la fe y los jóvenes con los que trata, ha publicado ahora Santos de Copas (Freshbook), un libro de reflexión espiritual que puede ser especialmente útil para jóvenes y adultos jóvenes de dos tipos: los que siempre tuvieron fe, pero ahora encuentran que se les está “gastando” y los que acaban de emprender el camino de la fe y de la Iglesia, y no quieren ser encasillados sin necesidad.
 
El libro empieza con una cita de Eclesiastés que es una declaración de principios teológicos: “Anda, come de tu pan con alegría y bebe contento tu vino, porque Dios ya ha aceptado tus obras; lleva siempre vestidos blancos y no falte el perfume en tu cabeza, disfruta la vida con la mujer que amas, esos años fugaces que te han concedido bajo el sol” (Eclesiastés 9, 7-10).
 
Manglano proclama que “el cristianismo no es la religión de la Cruz, sino la religión del amor”. Sin amor, la Cruz no sirve ni salva. Manglano piensa en “tantos jóvenes que tienen curiosidad o deseo de saber más sobre qué es eso de ser cristiano”. Y afirma que “el mundo necesita jóvenes santos, santos con piercing, santos disfrutones, santos comprometidos con los marginados, santos que aman a sus perros, santos de Erasmus, santas en bikini, santos que se ríen de los estereotipos, santos en las canchas, santas presumidas… santos de copas”.
 
De lo perrofláutico al postureo
Los capítulos tienen títulos provocadores, como “La dimensión perrofláutica del cristiano”, “Necesariamente disfrutones”, “¡Santos ya!”, “Sexo sin gravedad” o “Postura y postureo”.
 
¿Y el ir de copas? Sí, pero para contagiar alegría, servir y evangelizar. “Fiesta, diversión, alcohol, baile, música, amigos, noche… son realidades formidables. Pero sacian lo que pueden saciar, no más”. Hay una sed de infinito, trascendencia y libertad que ahí no se saciará.
 
Por eso, en esos ritos de noche, alcohol y fiesta, propone 10 sugerencias para los jóvenes que exploran la vida con Cristo.

 
¿Y si esta chica es una santa y está haciendo cosas santas?

1. Beber disfrutando cada copa
“Ya bebáis, ya comáis, hacedlo para gloria de Dios”, decía San Pablo. Degustar cada trago, beber con clase, un buen vaso, un buen hielo, un buen whisky, no cualquier cosa de cualquier manera,
 
2. No beber una gota más de las que me permiten amar y pensar en los demás
 “No se trata de medir, de saber si el ‘puntillo’ es pecado o no. Lo que nos impide amar no nos interesa”.
 
3. Dedica tanto tiempo y dinero a los demás como a tus fiestas.
“Estaría enfermo un corazón que todas las semanas dedicase horas a sus fiestas y casi ninguna a los necesitados. Con el tiempo, acabaríamos egocéntricos e insustanciales”.
 
4. Voy a las fiestas en las que Dios me necesita, para los demás, me gusten o no.
“Si Dios me quiere ahí, ahí estaré. Si me necesita en otro lugar en ese momento –con un familiar o amigo que está solo, estudiando o en otra necesidad- estaré en ese otro lugar. Si notamos que todo tiene que ceder ante la fiesta, quizá la estemos idolatrando”.

 
Quizá este lugar necesita unos cuantos santos de copas

5. Si no puedo ganar la batalla, ni acudo
“Si determinado ambiente me puede y no puedo estar bien ahí, es mejor fortalecerme antes y no presentarme en el campo de batalla”.
 
6. Los lugares donde ofenden la dignidad de las personas nos ofenden
Hay chicas a las que se les paga para que comercialicen su cuerpo. Son hermanas nuestras y si no daña a nuestra sensibilidad deberíamos cuidarla. Puede pasar con otras personas –con enanismo, etc…- a los que se contrata solo para humillarlos.
 
7. A la fiesta voy con una misión: transmitir Vida
Le pedimos a Dios que nos use en la fiesta, que se sirva de nuestra simpatía, de nuestros ojos, nuestros oídos… para dar su alegría, su cariño, su mirada, su escucha.
 
8. Vas a la fiesta… pero tienes criterio, eres crítico
“Estar atentos a no dejarnos formatear por el mundo. El cristiano está en ese lugar, pero no es de ese lugar, como está en el mundo pero no es del mundo”.

 
9. Ir a servir
Jesús aconsejaba no ocupar el primer lugar, sino el último. Al igual que María se dio cuenta en la boda de que se había acabado el vino, debemos nosotros estar atentos a lo que pueda hacer falta y servir: servir la bebida, recoger, estar pendientes de quién está solo y quién necesita algo…”
 
10. No ver gente, sino mirar personas
“Cuando me dé cuenta de que hay personas que buscan saciar su sed de felicidad en charcas con comportamientos que no les saciarán, ver en ellos a sedientos de agua pura”.
 
“La experiencia lo dice: el santo de copas será quien mejor lo pase, sin duda”, afirma el autor. ¿Y quien sienta que este decálogo le limita, le oprime? “No está preparado, necesita purificarse todavía algo más… el hombre natural no comprende las cosas del Espíritu de Dios”, afirma, citando 1 Corintios 2,14.

(Puede adquirir Santos de Copas, de Jose Pedro Manglano, aquí en Tienda CREO)

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