martes, 28 de octubre de 2014

ESTUDIAN POSIBLE MILAGRO QUE PERMITIRÍA BEATIFICACIÓN DEL CARDENAL PIRONIO.


Cardenal Eduardo Pironio (Foto: Dominio Público)

ROMA, 28 Oct. 14 / 06:11 am (ACI/EWTN Noticias).- El Vaticano estudia un posible milagro que permitiría la beatificación del Cardenal argentino Eduardo Pironio, que falleció en 1998. Se trata de la curación de un niño de año y medio que se recuperó de una grave dolencia en el año 2008.

La Santa Sede estudia el caso de un niño que en dicho año se recuperó inexplicablemente tras intoxicarse con purpurina en la localidad de Santiago del Estero en Argentina. El pequeño ha seguido su vida con normalidad y sin las graves secuelas que los médicos habían pronosticado.

La familia del menor intoxicado tenía una estampita con su nombre. Luego recurrir a su oración, el niño mejoró y fue dado de alta sin ninguna secuela a pesar de que los médicos le habían dicho que si sobrevivía, iba a tener graves secuelas.

La información se conoció este sábado en Roma y en Buenos Aires. La causa de beatificación del Cardenal Pironio se abrió en junio de 2006 en la diócesis italiana.

El Cardenal Eduardo Pironio nació el 3 de diciembre de 1920 y, tras ser obispo de Mar del Plata entre 1972 y 1975, fue trasladado a Roma para servir en la Congregación de los Institutos de Vida Consagrada.

En 1984 fue designado presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, desde donde impulsó las Jornadas Mundiales de la Juventud.

El Cardenal Pironio falleció el 5 de febrero de 1998 en Roma, por eso el proceso se inició en la capital italiana, aunque sus restos descansan en la basílica de Nuestra Señora de Luján.

La oración para pedir la intercesión del Cardenal Pironio es la siguiente:

Oh Dios, Padre nuestro, que has llamado a tu Siervo Eduardo Francisco Pironio a servir a tu Iglesia como sacerdote y obispo, confortado por la materna solicitud de la Virgen María y lo has hecho alegre anunciador de la esperanza y de la cruz, concédenos que, siguiendo su ejemplo, podamos proclamar y testimoniar nuestra fe con un corazón misericordioso y acogedor y, por su intercesión, danos la gracia que confiadamente te pedimos. (Decir la gracia que se solicita) Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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