Madrid- En el Gobierno creen que en esta huelga general quien de verdad se la juega son los sindicatos. En Moncloa preocupan las consecuencias económicas del paro y, sobre todo, que la jornada no se desarrolle de manera pacífica y se convierta en lo que se ha empezado a conocer como una «huelga a la griega». El punto rojo son todas las manifestaciones convocadas por los sindicatos que no están sometidos a la disciplina de CC OO y UGT, que son, a fin de cuentas, quienes suscitan un mayor apoyo entre los grupos más radicales. Pero más allá de esa obsesión por garantizar el orden público, con Madrid como principal punto de tensión, el análisis de Moncloa es que hoy arriesgan más los sindicatos que el Gobierno. Este último, pase lo que pase en la calle, «no tiene más remedio» que mantener el programa de ajuste y de reformas, sin dar un paso atrás que alimente la creciente desconfianza de Bruselas y de los mercados sobre la capacidad de España para cumplir con aquello en lo que se ha comprometido. Mientras que en el caso de los sindicatos, si los españoles hoy muestran su rechazo mayoritario a su convocatoria, pese a los recortes, si hoy gana el pasotismo a la movilización, su desprestigio será «prácticamente irreversible». El prestigio de las centrales sindicales mayoritarias comenzó a quebrarse con la crisis: un descrédito que ha quedado recogido en las encuestas de opinión de un país que triplica el paro de Alemania. Todos los sondeos confirman que los cambios en el mercado laboral no gustan nada. Pero todos los sondeos también indican que la mayoría no se siente representada por los sindicatos ni cree que la huelga vaya a servir para nada. Ya la última huelga general, del 29 de septiembre de 2010, contra las medidas urgentes para la reforma del mercado de trabajo aprobadas por el Gobierno de Zapatero, fue un fracaso, por mucho que aquel Ejecutivo socialista les ayudara a tapar el agujero con el silencio de las cifras reales de apoyo a la protesta. En este caso, por primera vez la convocatoria sindical tiene como réplica otra movilización en contra de los convocantes. La iniciativa ha empezado a proyectarse en internet: «Manifestación contra los sindicatos UGT y CC OO. 17-M, Movilízate». El manifiesto de esas movilizaciones, que se quiere que se celebren en todas las ciudades de España, critica a los sindicatos por «abandonar a los trabajadores cuando gobierna el PSOE y utilizarlos en su beneficio cuando gobierna el PP». También les echa en cara que hayan hecho «de la figura del liberado una forma de vida»; que «vivan como burgueses mientras hacen demagogia de obrero»; o que no dijeran nada mientras 3.200.000 españoles perdían su empleo y 350.000 pequeños empresarios cerraban el negocio de su familia.
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