E.D. VICENTE. Enviado especial La Habana
Nos encontramos en un lugar de los alrededores de La Habana, donde hemos quedado con ella. Su casa es un tanto difícil de encontrar para nosotros. Berta sale a buscarnos en el punto donde nos hemos citado. Es la presidenta de las Damas Blancas, aunque a ella no le gusta que la llamen así. Son las mujeres que están presentando resistencia al régimen establecido en Cuba. Aunque estos días está algo más atareada que de costumbre, ha accedido a realizar esta entrevista para Intereconomía. Su marido, Ángel MoyaAcosta está ahora junto a ella, pero fue “preso político y de conciencia”, como nos aclara él mismo, por una sanción que pesa sobre él “desde marzo de 2003”. A Berta le gustaría no verse en esta situación, porque, como dice, es “mujer trabajadora”, es técnico en microbiología. “Yo me dedicaba a mi marido, a mi trabajo y a la casa”, pero todo cambió cuando “el Gobierno se llevó a 74 hombres y una mujer a prisión” en la acción “represiva de marzo de 2003”. Las mujeres que pasarían a ser las Damas de Blanco no se conocían aún. “Nos conocimos allí, en la antesala del cuartel general Villa Maristas. Fue entonces donde decidimos unirnos todas por un mismo fin”.
-Ese es el nacimiento de las Damas de Blanco...
-Sí, las Damas de Blanco hemos nacido así, unidas por un mismo dolor y acordamos ir a la Iglesia de Santa Rita a luchar por la libertad de nuestros seres queridos.
-¿Por qué en esa iglesia?
-Porque Santa Rita es la abogada de los casos imposibles y nuestros casos son realmente imposibles. Además, en el año 2000 esta iglesia era frecuentada por un grupo de madres presididas por Leonor Pérez, yo formaba parte de este grupo de mujeres de presos políticos y desde 2003 acordamos participar en la misa por la libertad de nuestros seres queridos.
-¿Por qué van vestidas de blanco?
-Nosotros usamos dos armas para esta lucha pacífica: la ropa blanca, porque significa la pureza y es la paz, y el gladiolo, porque representa la familia y porque cuando en el gladiolo va marchitándose una flor va saliendo otra, ¡nunca tiene muerte!
-Tienen a la Prensa internacional a favor. ¿La utilizan para sus fines, tienen otros medios para sus reivindicaciones?
-Sí, contamos con las personas de buena voluntad, con la comunidad internacional y con los exiliados cubanos, que son los que alzan la voz por nosotros, son el eco. Nosotros somos los ojos, los oídos, la nariz y los brazos de esos hombres que están presos. También tenemos que dar gracias a la Prensa extranjera acreditada en este país porque cuando nos hacen actos de repudio acuden a prestarnos servicios a todas nosotras y así el mundo va sabiendo un poquito más de quienes son las Damas de Blanco, qué es lo que piden y por qué sufren.
-Se dice que dentro de las Damas de Blanco hay o puede haber mujeres infiltradas del Gobierno cubano. ¿Es cierto?
-Eso no nos preocupa porque el Gobierno pone sus garras donde quiera y nosotras, las Damas de Blanco, tenemos un reglamento y hay que cumplirlo. Quien no lo hace, sale. Tenemos que aprender a convivir con estas personas dentro del grupo. Si no nos sirven para una cosa nos valdrán para otra; si están dentro tienen que cumplir con el reglamento y de no ser así se les expulsa. Avanzamos así, como dicen los cubanos: pasos cortos y vista larga.
-¿Cuánto tiempo hace que es presidenta?
-Bueno, realmente nosotros no tenemos la figura de presidencia, yo soy en este momento representante de las Damas de Blanco, así era Laura Pollán cuando estaba viva. Ella y yo éramos un binomio, siempre estábamos luchando codo con codo, lo que sabía ella lo sabía yo, entre nosotras no había ningún secreto. Cuatro días después de que muriera tuvimos el té literario que hacemos todos los meses. En ese momento éramos unas 32 mujeres y tomamos la decisión de que tenía que haber una representante de las Damas de Blanco. Todo el mundo presente ahí sacó la cuenta de que la elegida era yo. Pero no soy presidenta, Laura tampoco lo fuera. Esa palabra no la usamos entre nosotras.
-¿Se siente perseguida por el Gobierno? ¿Le ha puesto algún tipo de policía detrás?
-Sí, en cualquier sitio al que me muevo, está la Policía política, la Policía represiva... Ahora mismo llevo aquí más de 48 horas y tengo una vigilancia y un seguimiento constante.
-¿Ahora mismo? ¿En el momento de realizar esta entrevista hay Policía alrededor?
-Sí, sí, van vestidos de civil. Son personas que uno no conoce, se sientan en el banco de enfrente, en una puntica, y miran constantemente. Notas que te están siguiendo, pero ¿qué puedo hacer? No hago caso, aprendo a convivir con ello.
-¿Qué esperanzas tienen? ¿Cuándo calculan que podrá haber una libertad plena para todos los cubanos?
-Es una cuenta muy difícil. El Gobierno sabe que tiene una pérdida de control de la calle y que el apoyo a las Damas de Blanco está aumentando. El Gobierno no tiene nada que ofrecer al pueblo, sólo represión, hostigamiento, violencia, maltrato y hambre para el pueblo de Cuba. Pero es pronto para el cambio porque ahora mismo se tiene mucho miedo. El único empleador es el Gobierno cubano y existe el temor de perder la posibilidad de llevar el pan día a día a los hijos. Es muy importante concienciar al pueblo y unirnos todos para salir a luchar pacíficamente por esa libertad que necesitamos. Por eso no hay un tiempo determinado, hay que seguir unidos y cada día más fuertes.
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