En un día como hoy se entremezclan recuerdos y sentimientos. Recuerdos imborrables de una vida en torno a Cristo y María bajo las advocaciones de Afligidos y Amargura en mi siempre querida Hermandad de Los Estudiantes.
Recuerdo como la Semana de Pasión, que termina mañana, era una semana de mucho trabajo, de ajetreo y de un pertinaz cansancio que era amortiguado por la ilusión de ver a nuestros titulares en la esplendorosa tarde-noche del Lunes Santo por las calles de San Fernando. Días de traslado del Paso a la Iglesia, montaje de las imágenes, traslado de enseres, configuración del altar de insignias, de nervios, risas, en definitiva: DE HERMANDAD.
Me acuerdo que el Jueves de Pasión ya estaban nuestros amados Titulares presidiendo el Paso de Misterio, a falta de colocar las flores el Domingo de Ramos, y las visitas para admirar el misterio pasional que representa Jesús de los Afligidos y María Santísima de la Amargura eran bastante significativas.
Me acuerdo que mañana, Sábado de Pasión, después de la Eucaristía de las 20.00 horas nos reuníamos todos en la Casa de Hermandad, en Churruca, a tomar unas "pescaíto" de convivencia entre los que conformábamos la Junta de Gobierno, Grupo Joven y hermanos colaboradores allegados. Si la Hermandad se respiraba durante todo el año, era en estas fechas cuando se hacía más palpable.
Recuerdos, tantos y buenos recuerdos siempre en torno a mi Hermandad. También sentimientos, sentimientos encontrados en muchas ocasiones, pero sentimientos de gratitud al Padre por tener una gran familia entre mis hermanos de Afligidos.
Desde hace dos años los recuerdos son otros, los sentimientos los mismos. En estos dos años no puedo vivir, como quisiera, esos maravillosos momentos de Hermandad porque la circunstancias no son las óptimas, pero los sentimientos si siguen siendo los mismos porque creo que todos los que conformamos la Hermandad somos parte de una gran familia. Muchas veces con pareceres distintos y criterios disconformes, pero una gran familia. No concibo una entidad de la Iglesia que está formado por hermanos que no tengan esos sentimientos de franca y filial fraternidad.
El Lunes Santo amanecerá, cualquiera que sea el tiempo que haga, resplandeciente para todos los cofrades que tienen ese día como el de su Estación de Penitencia o Salida Penitencial. Aunque del Lunes Santo hablaré otro día y expondré mis sentimientos de cofrade de Afligidos, de cristiano-cofrade que realiza su penitencia acompañando al Hijo de Dios y su Bendita Madre por el camino de la Amargura.
Hoy, no sé si por el tiempo, por la lluvia que se ha hecho presente, he querido manifestaros estos recuerdos y sentimientos. Hablando de recuerdos quiero traer hoy aquí porque están muy presentes en mi vida a unos cofrades con los que compartí muchas horas y que sigo compartiendo muchas cosas en mi vida: Juan Macías, Arturo Ortega, Paco Pérez Barbudo, Pepe Macías, Manolo Muñoz Jordán, Paco Según, Jose María Vieytes, Pepe César, Manolito Rubio y tantos otros queridos hermanos que han compartido tantos años, tantos meses, tantos días, tantas Cuaresmas, tantos Viernes de Dolores y tantos Lunes Santo y, que si Dios así lo quiere, seguiremos compartiendo en nuestra GRAN FAMILIA DE LA HERMANDAD DE LOS AFLIGIDOS.
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