Los presos de ETA han recibido el aval del Tribunal Constitucional (TC) a la doctrina Parot como un enorme mazazo a sus aspiraciones. Una reacción ciertamente lógica, puesto que supone que casi dos centenares de ellos tienen todas las papeletas para cumplir 30 años de cárcel. Ahora mismo, esta doctrina que permite alargar la condena hasta esa cifra ha sido aplicada a 73 presos de la banda terrorista. Pero, según fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por LA GACETA, aproximadamente otros 150 reos etarras cumplen los requisitos –arrastrar varias condenas y permanecer afines a la banda– para que se les aplique en el futuro. Las fuentes mencionadas aseguran que los presos, el entorno de la banda y hasta la propia ETA esperaban una decisión en sentido contrario. No puede obviarse que la derogación de la doctrina Parot fue una exigencia de la organización terrorista al Gobierno socialista durante el mal llamado proceso de paz.
Además, el TC se ha pronunciado justo cuando el Colectivo de Presos Políticos Vascos(EPPK, por sus siglas en euskera) mantiene un agrio debate sobre su postura ante lo que denominan como “nuevo tiempo”, tras el anuncio de “cese definitivo de la actividad armada” por parte de ETA. Como ha ido informando este diario, la mayoría de los reclusos prefieren, tal y como la banda les ordenó el pasado octubre, solicitar al Ejecutivo una solución “en bloque” –para todos a la vez–, frente a la oferta de soluciones individuales –arrepentimiento, petición de perdón y desmarque de la banda– que hace Interior.
Una prueba de cómo ha sentado la decisión del TC entre los reclusos es la reacción de las organizaciones del entorno de ETA, que están formadas por los familiares y simpatizantes de los presos terroristas. Ayer, la plataforma Herrira valoró lo ocurrido. Según uno de sus portavoces, que el TC avale la doctrina Parot supone “un portazo a las esperanzas de la sociedad vasca y un paso atrás que dificulta el camino” hacia la consecución de la “paz”.
Con un tono que rozaba la amenaza, esta asociación considera que se trata de “un paso en la dirección opuesta a un escenario de resolución”. A su juicio, “más que ayudar a avanzar en el largo camino hacia otro escenario, plantea alargar las consecuencias del conflicto”.
Como era preceptivo, la Audiencia Nacional ordenó ayer que salieran de prisión los etarras José Ignacio Gaztañaga, José María Pérez Díaz y Juan María Igarataundi, únicos a los que el TC revocó la aplicación de la doctrina Parot porque se les había aplicado erróneamente de forma retroactiva.
Qué es y para qué funciona esta doctrina
El Tribunal Supremo estipuló en febrero de 2006 que los beneficios penitenciarios obtenidos por un preso se aplicarían a la cifra que diera la suma sus condenas. Hasta entonces, las reducciones se aplicaban a los 30 años de condena, el máximo de cumplimiento según el Código Penal de 1973. Por ejemplo, De Juana Chaos cumplió 18 años pese a estar condenado a 3.000. Con esta doctrina, hubiera estado 30.
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