- TERMINA SU VIAJE A MÉXICO Y CUBA
- 30 MAR 2012 | Paloma Gómez Borrero
- Tras un vuelo de 12 horas, su cara reflejaba la satisfacción de haber realizado el viaje que tanto ansiaba desde que comenzó su pontificado.
Benedicto XVI llegó a Roma cansado pero feliz
- Benedicto XVI llegó ayer a Roma cansado pero feliz. Tras un vuelo de 12 horas, su cara reflejaba la satisfacción de haber realizado el viaje que tanto ansiaba desde que comenzó su pontificado. En La Habana, al despedirse, el Papa dejó un mensaje clarificador: "Que Cuba sea la casa de todos y para todos los cubanos donde convivan la justicia y la libertad".El momento más esperado fue el encuentro de Benedicto XVI con el líder de la Revolución, Fidel Castro. Tuvo lugar en la nunciatura, unas horas antes del adiós. No estaba en el programa oficial y todo eran conjeturas pero finalmente se produjo. Fidel, visiblemente envejecido, entró en la nunciatura, ayudado por dos de sus hijos y su esposa Dalia, a quien el Papa regaló un rosario. Durante media hora, "el revolucionario" Fidel preguntó al Papa teólogo sobre cómo ha cambiado la liturgia en la misa después del Concilio.El significado de ser PapaLe confió al Papa que había seguido las misas por la televisión y como estas le habían recordado asus años de escuela en el colegio de los jesuitas. Le preguntó también sobre el significado de ser Papa y cuáles eran los desafíos a los que se enfrentaba la humanidad. Y Benedicto XVI le respondió con evidente cordialidad. Le habló de la relación entre fe y razón; entre libertad y responsabilidad y se refirió a un mundo que ha dado la espalda a Dios. Fidel le confió al Papa queestaba viviendo un proceso de serenidad y reflexión, que pasaba muchas horas leyendo y le pidió que le aconsejase algún libro para meditar profundamente. Al concluir el encuentro le preguntamos al portavoz vaticano si Benedicto XVI le indicó alguno en concreto. Pero no, el Papa sólo aseguró "que lo pensaría". Fidel Castro le comentó al cardenal Bertone, que le recibió al llegar al palacete de la nunciatura, lo mucho que había deseado la beatificacion de la Madre Teresa de Calcuta y de Juan Pablo ll, por los que sentía admiración y agradecimiento.El último acto del viaje de Benedicto XVI estaba previsto, como la llegada a Santiago de Cuba, con una celebración con todos los honores: homenaje a la bandera, himnos, escuadrón de soldados y en el podio, junto a la pista donde aguardaba el Boing 777 de Alitalia, el intercambio de los discursos. Pero de improviso, se desencadenó una lluvia torrencial, habitual en el Trópico, que obligó a refugiarse al Santo Padre y al presidente Raúl Castro dentro de la sala vip del aeropuerto. Saltándose el protocolo Raúl Castro le acompañó en el coche presidencial hasta la misma escalerilla del avión. El mandatario no ha dejado en ningún momento de acompañar al Papa durante toda su visita."Cuba y el mundo necesitan cambios"En la Eucaristía en la plaza de la Revolución, Benedicto XVI había dicho que "Cuba y el mundo necesitan cambios", pero también "reconciliación y libertad religiosa". Estas dos palabras han sido el hilo conductor de los tres días.No hay noticia de que Benedicto XVI se reuniera con ninguna madre de los presos políticos, ni con la voz de la oposición, pero advirtió de que "había llegado la hora de reclamar de forma apremiante que en la convivencia humana se destierren posiciones inamovibles". El Papa no dejó de recordar "a los presos y a sus familiares" y, a través del cardenal secretario de Estado, trasmitió al Gobierno los llamamientos, las cartas y las peticiones de ayuda humanitaria que se reciben en El Vaticano.
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viernes, 30 de marzo de 2012
BENEDICTO XVI LLEGÓ A ROMA CANSADO PERO FELIZ.
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