¿Es el telepiquete?
- Sí compañero.
- Es que le llamo porque soy militante del sindicato y dando una vuelta por las calles del centro de mi ciudad me he encontrado abierto un comercio y me he acercado y le he dicho, alzando la voz, para que se me escuchara bien: ¿Es que no sabe que hoy no se trabaja, que estamos de huelga general? Me ha contestado que necesitan tener el comercio abierto porque tienen mucho que pagar, así como el sueldo a los dos empleados que tiene y que la huelga no soluciona nada sino que empobrece, aún más, a este país y que la Constitución Española recoge el derecho a la huelga, pero también al trabajo.
- ¿Y qué es lo que quieres que hagamos?
- Pues, a ver si me podían mandar un grupo de compañeros y compañeras para "informar" a este esquirol-explotador de las clases obreras, que aquí no hay derecho a trabajar, ¡Qué estamos de huelga! Si hace falta se le destrozan los cristales, como es habitual, se le pintorrea todo y se le advierte que si persiste en su idea de no cerrar las puertas de su negocio "a lo mejor un día de estos aparece quemado".
- Dime la calle y el número y mandamos a los compañeros y compañeras para que este empresario entre en razón.
- Le he dicho, también, que la huelga es porque este gobierno de fascistas nos quieren quitar todos los derechos y me ha preguntado a cuales se refiere: Si a los de los trabajadores, de los parados, de los pensionistas, de los funcionarios, de los estudiantes, de los... Me he tenido que poner burro y le he gritado: ¡No, coño, a nuestros derechos a los derechos de los sindicatos! ¡Qué quieren acabar con todos los privilegios que el compañero José Luis nos ha beneficiado durante todos estos años! ¡Qué gran Presidente se ha ido! ¡Con la de subvenciones que nos daba por tenernos tranquilamente callados! ¿Hay paro? ¿Y qué? ¿También es culpa nuestra? ¡Eso es cosa de la fea de Alemania! Que yo bien pronto me levanto todos los días a las a las ocho y media de la mañana para llevar los niños al colegio, después me voy a la sección sindical, reuniones defendiendo los derechos de los compañeros y compañeras y a más tardar a la una de la tarde estoy recogiendo a mis niños en la puerta del colegio. ¡Joder si no paramos de trabajar por defender los intereses de los trabajadores! ¿Conciliación familiar? ¡Cómo nuestro modelo ninguno! Y ahora estos señoritos del gobierno nos quieren quitar todos estos derechos y ponernos a trabajar. ¡A trabajar! ¿Es que no tienen consideración con personas que llevan 30 años de delegados sindicales?
- No te preocupes que mandamos el "telepiquete" para allá y verás como ese empresario sarnoso que no mira por los intereses de este país entra en razón.
Todo lo que he relatado en esta conversación ficticia no nos resulta raro ni ridículo ¿Verdad? Los argumentos informativos con los que nos coaccionan estos flojos redomados de los sindicalistas son así o más duros si caben.
Os animo a que denunciéis cualquier coacción, amenaza que os dirijan estos indeseables y si sois testigos presenciales de amenazas por parte de estos mamarrachos sobre personas o empresas, grabadlas en vuestros móviles y hacedlas públicas en las redes sociales.
¡Qué se enteren que ya no les tenemos miedo! ¡Que estamos en una democracia y nosotros elegimos si queremos hacer huelga o no!
Mañana ante estos sindicatos que representan la izquierda radical, que han estado comprados durante los últimos siete años y medio, sed valiente y que noten que están solos con ellos mismos.
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