sábado, 31 de marzo de 2012

LOS PIQUETES AMENAZARON CON "ENTRAR A ROBAR" EN LOS COMERCIOS SI NO CERRABAN.

Política | La Gaceta



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    Los piquetes atemorizaron a los dueños de los establecimientos. / Eduardo Méndez
    LA GACETA SE INFILTRÓ EN UN 'COMANDO INFORMATIVO' DURANTE LA HUELGA

    Los piquetes amenazaron con 'entrar a robar' en los comercios si no cerraban

    31 MAR 2012 | ANTONIO J. LIÑÁN.
    Los radicales hostigaron a los dueños de los establecimientos del centro de Madrid durante toda la jornada. Recurrieron al insulto y al lanzamiento de objetos.

  • “O cerráis o entramos a robar”. Esta fue una de las amenazas que espetaron los jóvenes componentes de uno de los piquetes activos en Madrid el día de la huelga general. Las acciones de sabotaje en mercados y cocheras, así como las pintadas que tuvieron lugar de madrugada sirvieron para caldear el ambiente en la capital española, menos violento que en otros puntos geográficos como Barcelona. Ya sin el amparo de la noche, los grupos de jóvenes continuaban con su presión en las calles.
    LA GACETA se introdujo en uno de los “comandos informativos” durante la jornada de huelga. Perfectamente organizados, entre 200 y 300 adolescentes (en su gran mayoría alumnos de ESO y bachillerato) avanzaron por las céntricas calles de Fuencarral, Montera y perpendiculares hasta llegar a Sol, deteniéndose frente a todo comercio que tenía sus puertas abiertas y que ellos seleccionaban. Curiosamente establecimientos como sex shops y tatuadores quedaron impunes mientras que peluquerías, tiendas de ropa y bares soportaron insultos, amenazas, con lo que casi a la fuerza tenían que cerrar. Los pocos que resistían estoicamente eran apuntados en una libreta y retados para un siguiente asalto por la tarde. Al paso de los jóvenes, los escaparates y cajeros se llenaron de pegatinas llamando a la huelga.
    Tras encontrarse en Gran Vía con un piquete de sindicatos que los recibió con abrazos y vítores, los jóvenes siguieron por su camino mientras los mayores los animaban. Tanto la primera línea como la última, avanzaban cogidos de los brazos a modo de cordón que barría las calles, siempre cantando al unísono lemas como: “A, anti, anticapitalistas” o “Somos juventudes comunistas”. Una de las muestras de la perfecta organización de dicho grupo.
    Capitaneando la compañía, una chica y un chico algo más mayores, probablemente universitarios, que decían pertenecer a Juventudes Comunistas iniciaban los cánticos, decidían los altos en el camino y mantenían informada a la masa. Por ejemplo, de los puntos donde podían comer gratis gracias a la ayuda de asociaciones. También se identificaban con el movimiento “Toma la Universidad”. Mientras tanto, un muchacho en bicicleta actuaba de avanzadilla y relataba los movimientos de la Policía, que no dejó en todo momento de escoltar al piquete y actuaba como barrera.
    No sólo los grandes comercios sufrieron las iras de los piquetes. La dueña de una zapatería cercana a Sol que se resistía a cerrar su tienda fue gravemente insultada. “Eres tú la que le vendes las botas a la Policía”, “Vamos a entrar a por zapatos”, “Cierra ya, hija de p..., insolidaria”, gritó el piquete. Más adelante, una tienda de abanicos corrió la misma suerte.
    En esta ocasión lanzaron varios huevos al escaparate y a los empleados que estaban en la puerta. La Policía tuvo que equiparse con los cascos para amedrentar a los jóvenes. Sorprendentemente, una señora forrada con pegatinas de CC OO, y que pretendía que los jóvenes dejaran tranquilos los pequeños negocios, también fue increpada. “¡Vieja, fúmese un porro y márchese de una p... vez!”, le llegaron a decir.
    Otro de los objetivos del piquete fue la Policía. Continuamente insultados –“nos veremos las caras en las calles”–, impedían que los jóvenes cumplieran sus pretensiones de entrar en los locales. Al percatarse de que uno de los furgones portaba una bandera de España en su interior, gritaron: “Esa bandera la vamos a quemar”.

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