lunes, 17 de octubre de 2022

* CANTABRIA INFINITA

 

Es el lema institucional del gobierno de la región para promocionar esta preciosa tierra  es una realidad ya que  es imposible el conocerla al cien por cien porque esconde muchos ciudades, pueblos, rincones, monumentos, que la hacen única.

Hemos pasado todo un mes, el de septiembre, en esta tierra y por medio de este viaje hemos podido disfrutar de los lugares más conocidos y emblemáticos pero sobre todo hemos gozado el adentrarnos un poco en esa Cantabria interior tan llena de pureza.

De esto trata mi semanal tribuna de todos los lunes en Andalucía Información - Información San Fernando.

Jesús Rodríguez Arias


CANTABRIA INFINITA

Los calores del verano del pasado año determinarían que volviéramos a pensar en Cantabria doce años después de nuestra última visita a Santander donde asistimos a un curso en el seminario diocesano de Monte Corbán. Allí tuvimos el privilegio de conocer grandes pensadores, filósofos, políticos, historiadores, periodistas, todos grandes humanistas. Allí, en primera persona, pude conocer el restaurante “La Tucho” en Corbán, donde desayunaba todos los días sus extraordinarios pinchos después de dar un kilométrico paseo a primera hora de la mañana que me llevaba hacia el Cementerio de Ciriego pasando por la Ermita de la Virgen del Mar y recorriendo el borde costero donde el Cantábrico rompe contra rocas hasta llegar con bravura a la orilla.

Pedimos consejo a nuestra querida y buena amiga Felisa del Campo para que nos guiara un poco pues queríamos irnos de vacaciones junto a nuestras perritas Enriqueta y Fernanda. Dicho y hecho pues conseguimos alquilar una magnífica casa rural, que recomiendo, conocida como “La Piruta” en Loma Somera que figura dentro del Real Valle de Valderredible donde según el INE en 2012 residían un total de ocho vecinos.

Después de sobrevivir a un fin de curso y primera parte del verano con intenso trabajo, soportar las tórridas temperaturas de este pasado verano, así como alguna que otra decepción personal, nos encaminamos el jueves uno de septiembre a nuestro particular viaje, en el cual recorreríamos España de sur a norte, para vivir a nuestra manera las más que deseadas vacaciones.

El recorrido en toda su extensión fue muy ameno haciendo las paradas correspondientes. Cuando nuestros pies pisaron Loma Somera supimos que estábamos en un pueblo con fisonomía medieval de majestuosa belleza cuidado al extremo. Pueblo iluminado por completo, con los cables de la red eléctrica soterrados, con pavimento empedrado que ofrece una visión armónica con el caserío de piedra. La Iglesia parroquial de San Vicente Mártir, la Ermita de San Miguel, ambas sin culto, la vieja escuela que ha sido primorosamente restaurada, el humilladero de las ánimas, hacen que comprendas que estás en un lugar único. Una localidad de lo que ahora denominan la España vaciada que, aun teniendo pocos vecinos, menos en el duro invierno, no está muerta sino todo lo contrario porque se percibe la vida de la inmensidad natural que la rodea. Luna y Mastina, dos preciosas perras, que cuidan a su manera de los vecinos y del pueblo, los caballos percherones recorren el mismo en total libertad. Un lugar que se puede escuchar el silencio o el sonido del agua en las cercanas fuentes. Un coche que llega o se va, así como el motor del tractor de Fernando Fernández que además de vecino nacido en Loma Somera y ganadero es el alcalde del Real Valle de Valderredible desde 2005 por el Partido Regionalista de Cantabria. Es licenciado en Filosofía por la Universidad de Deusto. Ha sido durante muchos años diputado en el Parlamento de Cantabria por PRC.

He querido referir estos datos del alcalde de Valderredible para haceros ver el potencial personal, académico, profesional y político de quienes son los gestores de pueblos que conforman la España vaciada que no muerta. Además, y lo escribo desde la máxima objetividad, Don Fernando está haciendo una labor sobresaliente en los cincuenta y dos pueblos que conforman el Real Valle de Valderredible.

Lo que me ha fascinado de los escasos vecinos que viven en los pueblos de la Cantabria interior ha sido el orgullo de ser de donde son, lamentan, por supuesto, la falta de habitantes, pero defienden a su vez que los que vengan acojan sus raíces, cultura, historia y tradiciones como algo propio. Ahora sé que vivir en un pueblo de la España vaciada es en verdad un precioso estilo de vida.

Ha sido un mes intensamente vivido, conociendo esa Cantabria íntima que nos ha llegado a enamorar, con pueblos únicos, vecinos acogedores, disfrutando de paisajes que sobrecogen el alma, con una gastronomía rica, variada, de gran sabor, mientras las vacas Tudancas armonizan el verde pastizal de las montañas.

Hemos descubierto una región única donde se dan la mano ciudades y lugares muy reconocidos con pueblos del interior que son tesoros llenos de pureza, nos queda mucho por conocer pues Cantabria es infinita. El año que viene será.

Jesús Rodríguez Arias

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