lunes, 18 de mayo de 2020

*MATAR AL MENSAJERO







La Prensa, los medios, los profesionales de la comunicación, los periodistas, casi nunca son del agrado de aquellos que tienen algo que ocultar y por eso desde siempre ha sido una profesión maldita.

Los articulistas que ofrecemos nuestra opinión desde la más absoluta Libertad tampoco somos bien vistos, os lo digo con cierta experiencia, por aquellos que no asumen sus errores. Os confesaré que más de un político o dirigente de alguna institución, a lo largo de mi vida como columnista, se ha cruzado de acera para no encontrarse conmigo o me ha negado el saludo porque lo de las "advertencias" es mejor dejarlo para otro artículo...

Por eso es más fácil "matar al mensajero" que ser íntegro y veraz.

Y de eso va mi artículo de hoy lunes en Información San Fernando.

Jesús Rodríguez Arias 




MATAR AL MENSAJERO


Hay que ver lo que está dando que hablar el denominado “cuarto poder” que es como llaman a los medios de comunicación y aunque en todos lados cuecen habas debo reconocer que desarrollan una impecable labor de informarnos de lo que están sucediendo. La misión de los profesionales es reconocida por todos, salvo por los que tienen pensamientos totalitarios o mucho que esconder. Gracias a los medios de comunicación se han descubierto, por ejemplo, los sangrantes casos de corrupción que han asolado a España y Andalucía habiendo enviado a más de uno al banquillo como al hotel “reja”.

Ahora tienen sobre ellos la espada de Damocles pues muchos no son del agrado de los que nos gobiernan que para defender su “gestión” acusan a los medios de publicar bulos y me pregunto: ¿Es mentira porque es falsa o porque no interesa que se sepa más de lo que procede?

Este acoso y derribo por parte de los dirigentes de este país hacia la libertad de expresión y prensa es muy preocupante porque te da que pensar. Si fueran transparentes en sus acciones no tendrían para nada que temer de los periodistas pero es más fácil “matar al mensajero” que asumir una gestión que presenta más errores que aciertos, más dudas que certezas.

Ahora está muy en boga eso de criticar a los medios de comunicación privados pues “tergiversan” todo cuanto hacen nuestros gobernantes haciéndonos ver que todo lo que salgan de estos es mentira y poniendo en un brete no solo a los medios propiamente dichos sino a los profesionales de la comunicación, que trabajan, investigan, para la ofrecer la noticia, sea cual sea, desde la veracidad y el conocimiento. Conozco a muchos periodistas que se dejan literalmente la piel en el ejercicio de su profesión para que vengan los politiquillos de turno, cuyo prestigio social se basa en un efímero cargo público, y quieran desprestigiarlos a todos para salvar donde la espalda pierde su nombre. 

En esta España dolorida, que entierra en soledad a sus muertos mientras llora en silencio. En este país tan histriónico donde los gobernantes quieren rebatir derechos fundamentales recogidos en la Constitución Española de 1978 como es la Libertad de Expresión y de Prensa abogando por la desaparición de los medios de comunicación de carácter privado para aunarlos todos en uno público y gubernamental no es que me parezca descabellado, que lo es, sino verdaderamente temerario y peligroso.

La Libertad no es algo que se pueda dar o quitar según convenga. La Libertad es un derecho fundamental del ciudadano que ni se compra ni se vende, se tiene y punto. En un estado social y democrático de derecho como España no debería ser algo a cuestionar. Y dentro de la Libertad está la de opinión, expresión y prensa. Cuestionar a determinados medios de comunicación porque no sean del agrado del que ostente el poder es simplemente pura intransigencia.

Malos momentos vivimos en España cuando se cuestionan los pilares en el que se fundamenta esta noble Nación por parte de quienes están en la obligación moral y personal de garantizarlos.

Personalmente no me puedo callar ante estos desmanes que va en contra de mis principios no solo ya como español sino como escritor y articulista de opinión que vive en la Libertad. La información deber objetiva siempre y la opinión subjetiva pues la misma se fundamenta en el pensamiento del que la emite. Hay opiniones para todos los gustos y todas necesarias. El acallar la voz de los medios de comunicación y de los columnistas de opinión es de una bajeza intelectual y de una falta de sentido democrático a tener muy en cuenta. Visto lo visto nos podremos preguntar en manos de quienes estamos.

Dentro de los privados están los religiosos así como los eminentemente cofrades. Los que abogan por un medio estatal y gubernativo con fundamentos laicistas como único altavoz las cuestiones religiosas no tendrían cabida. Los que piensan de esta manera quieren construir una España vaciada sin historia, raíces, cultura, tradiciones ni Dios.

Todo mi apoyo personal a todos los profesionales de la comunicación y medios privados como públicos pues tienen la noble misión de informar a los ciudadanos de lo que en verdad está pasando les guste o no a los de siempre.

Jesús Rodríguez Arias


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