lunes, 27 de enero de 2025

ALCAHUETEAR

 



La RAE la define como la acción de cotillear, chismear, chismorrear, chinchorrear, chafardear, comadrear. Siendo muy utilizada esta acepción en los pueblos, ya sean chicos o grandes, de nuestra bendita España.

En los pueblos, algunos tan pequeños como una comunidad de vecinos de un bloque de piso, la vida adquiere un paso más lento y cuando en estos no sucede nada destacable a diario pues hace que algunos en la vecindad se dediquen, para matar el tiempo, en hacer uso de la imaginación dándole a la sinhueso para todo aquel o aquellos que los quieran escuchar.

La acción de alcahuetear no distingue rangos sociales, ideología o credo. Cotillear, chismorrear, comadrear, lo hace desde los últimos a los primeros, aunque dependerá de cada cual el asumir, creer o entrar en la cadena de lo que dijo este o respondió aquél.

Pero no solo en los pueblos pasa esto, también en la ciudad, barrios, comunidades de vecinos. Se puede decir que es un mal muy extendido en el género humano y más si aparece el aburrimiento o el no tener nada que hacer.

Una de las armas más letales es la lengua, conocida también como la sinhueso, pues esta puede levantar verdaderas calumnias que difaman a la persona a las que van dirigidas haciendo recaer sobre esta el peso infame de los juicios de valor de una sociedad emputecida que prefiere asumir lo que dice fulanito a creer a quién ostenta la verdad pues la puede demostrar no solo con argumentos. Esto pasa ante la mirada de quienes deberían cercenar estas cuestiones y en vez de eso prefieren mirar hacia otro lado dando con su cobarde actitud cuartos al pregonero.


Menos mal que algunos no solo no entran en esa corriente destructiva, sino que hacen todo lo posible con palabras y hechos para demostrar que lo que se ha dicho a diestro y siniestro no solo no es verdad sino una calumniosa mentira.

En mi casa no éramos muy dados al chismorreo barato, eso de alcahuetear no entraba de puertas para adentro. No recuerdo a mi madre criticar a nadie, el cotilleo le era especialmente desagradable y nunca se creía lo que decían los demás de alguien en particular. Ella era más de hablar a la cara, decir lo que se debiera en cada momento con la máxima claridad y así la persona que tenía enfrente tenía la capacidad de argumentar lo que quisiera.

Cuando me casé con Hetepheres me encontré con el mismo modo de vida ya tanto ella como Conchita, su madre, y los tíos Charo y Miguel nunca fueron de criticar sino más bien de ayudar a cuantos podían. Me crie y he vivido desde siempre entre personas de Honor y Fe será por eso por lo que ayer, hoy y siempre no me preocupe de los chismes mientras estos no atenten contra mi familia.

El ser claro y cristalino en todas las facetas de la vida tiene muchas ventajas y también inconvenientes ya que esta intoxicada sociedad prefiere las medias tintas en forma de puñaladas traperas. Lo bueno de ser uno mismo siempre, de vivir en los valores y virtudes que te han enseñado desde la cuna, es que las personas más cercanas, amigos y hermanos del alma son también de la misma condición. A mí me hablan de noticias de cotilleos rosas y me pierdo al igual que con los “famosos” de ahora a los cuales no he visto en la vida. Yo soy muy feliz con mi mujer, mis dos perritas y mi gatito cántabro llamado Pelayo. Me siento pleno en la biblioteca rodeado de libros o escribiendo, aunque llevo un tiempo que me está costando hacerlo, disfrutar de una película clásica, aprender con documentales o sorprenderme con el modus vivendi de los tacaños más extremos. Escuchar música, leer, conversar de todo un poco con personas cercanas que siempre me aportan ya estén cerca o lejos. Hablar por teléfono con amigos de siempre o de Cantabria donde también hemos hecho muchos y buenos.

Pienso que para no entrar en el bucle de la crítica sin piedad lo mejor es tener una vida plena. Y lo demás se lo dejo a los demás.


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