lunes, 28 de julio de 2025

LA MAR

 



Nací en una Isla, crecí rodeado de mar, respiré aire salino, disfruté con paseos por la playa de La Casería y después por Camposoto, lugares donde podía dibujar mis propios pensamientos. El mar tan vivo siempre con el envolvente sonido que hace que en nuestros corazones se mitiguen los malos augurios que se aprisionan con invisibles cadenas para dejarte sobrellevar por la tranquilidad y el sosiego. Soy un enamorado del mar, de la mar, porque tengo alma de marinero.

La vida, y sus momentos, hizo buscara otros lugares. Me fascinó Cantabria que como la provincia de Cádiz tiene mar, campo y montaña. Siempre llevaré en la retina de mi memoria los esplendorosos verdes de los praos, las montañas que se muestran de este color tan lleno de esperanza, las de roca caliza del desfiladero de La Hermida que da lugar a los Picos de Europa. También esta noble tierra del norte tiene mar y en Santander adquiere la clase que destila esta ciudad. Mar Cantábrico tan bravío y lleno de vida.

En esta parte del propio sendero existencial intento hacer lo que siempre fui dejando “para mañana”. Por ejemplo, nunca había viajado en el catamarán que atraviesa aguas de la Bahía desde El Puerto Santa María a Cádiz. Fue Hetepheres la que me dijo que lo hiciéramos y la verdad es que os debo confesar que fue un trayecto lleno de encanto. Verse en medio de un mar tan azul me transportó a las aguas del Adriático. Un azul rotundo, algo de viento y oleaje era un goce para el espíritu de quienes somos y amamos la mar.


El campo lo conocí muy bien en los años que estuve en Chiclana de la Frontera, años en los que se unieron estudios y trabajos en labores agrarias. Años que me enseñaron que el itinerario de la vida no es fácil ni por asomo. La campiña pude disfrutarla en Jerez de la Frontera, mi segunda casa. Ciudad a la que siempre estaré agradecido, en la que tengo amigos que son hermanos del alma…

Hoy por hoy no descarto volver más adelante a gozar del verdor de Cantabria y del norte de España, pero lo que ahora necesitamos es comenzar una nueva etapa en nuestra tierra, antes fue en Jerez y ahora, si Dios lo quiere, en San Fernando, La Isla de León. Esperamos que a medio plazo se pueda cumplir este sueño y disfrutar de una ciudad única rodeada por el mar.

Para algunos la vida es un transatlántico, para otros un velero que está en continuo movimiento por el oleaje. Algunas veces el mar esta recio y otras en plácida calma. Hay que saber estar preparado para todo y dejar que Dios guíe el timón a su antojo porque con Él siempre se llega a buen puerto.

Dar las gracias a San Fernando Información y Aurora Marín Astorga por su confianza. Con este artículo me despido hasta el próximo mes de septiembre. Tan solo desearos un feliz mes de agosto.

Jesús Rodríguez Arias


lunes, 7 de julio de 2025

AL ROJO VIVO

 



Ese es el color del mapa de España con la atosigante ola de calor que estamos viviendo en los últimos días. Pronto han comenzado las temperaturas llegando al límite o sobrepasando los cuarenta grados centígrados que nos deja a todos aplatanados porque a diferencia del frío la calor, que es como se conoce en nuestra Andalucía, no hay forma de quitarla salvo en casa, grandes superficies, o centros de trabajo se pueda disfrutar-respirar gracias al aire acondicionado.

Unos amigos nuestros de Bilbao se quejaban la pasada semana del calor que estaban soportando, que no nos podíamos ni imaginar lo que estaban pasando, les contestamos que sí, ya que raro era el día que se superaban los cuarenta grados por estos lares.

España está que arde con la clase política que la dirige, no hay un día que no salga un escándalo de corrupción, no hay un día que haya problemas con la red ferroviaria o en aeropuertos, no hay día que por algo no nos llevemos las manos a la cabeza. Ante el circo que un día tras otro se monta los verdaderos perjudicados somos nosotros, los españolitos de a pie, así como la imagen que proyectamos hacia el exterior de nuestra nación.


Los tiempos han cambiado y todo se ha hecho más convulso, no hay día que no haya nada que nos preocupe, nos atosigue, nos llegue a incordiar. Antes, hace ya algunos años atrás, cuando llegaba el verano todo parecía más tranquilo, más mesurado, los niños y jóvenes de vacaciones, los mayores disfrutando de sus días de permiso o a la espera de que llegaran, los que estaban trabajando claro está. El calor también hacía de las suyas, aunque ahora todo nos parezca mucho peor. Gente en la playa, en el campo, algunos en pueblitos de montaña, disfrutando de los días en casita, con los amigos, los más jóvenes empezando a tontear con ese chico, chica, que a cada cual le gustara. La vida era menos tecnológica y no tan avanzada, pero había más conexión con la realidad, con las relaciones interpersonales, se miraba al otro cara a cara y no por medio de una pantalla. Ahora hay jóvenes y también adultos que pasan muchas horas frente al ordenador, móvil o tableta no conociendo de tú a tú a sus amigos, sino que todo queda en las calles virtuales de la red.

Reconozco que por años que pasan soy algo más asocial con todo lo que perturba la paz, pero reconozco que tengo grandes y buenos amigos a los que quiero de verdad. La vida nos ha adelantado por todos lados mientras nosotros intentamos no dejarnos llevar por la irrealidad que no llega a ningún sitio.

Me despido hasta después de Feria. Solo deseo que la disfrutéis sin más.

Jesús Rodríguez Arias