lunes, 15 de enero de 2024

* LA VIDA CONTINÚA

 



La vida continúa y por más que uno intente echar el freno, ralentizar el paso, e ir intentado alejarse del  mundanal ruido, esta sigue con sus pros y contras.

Este pensamiento es el que quiero compartir con todos vosotros en este lunes 15 de enero en mi semanal tribuna de San Fernando Información.

Jesús Rodríguez Arias


LA VIDA CONTINÚA

Si algo he aprendido es que la vida continúa por mucho que nosotros pisemos el freno. Estos últimos cuatro meses en Loma Somera (Cantabria) nos han servido y nutrido pues nos han ofrecido grandes enseñanzas no solo del pueblo en sí, lugares que hemos visitado, personas que hemos conocido, sino para hacer, en mí caso, un desgarrador ejercicio de introspección personal que ha hecho conozca quién soy en esta etapa de la vida y por supuesto cual es mi realidad.

Ahora, por así decirlo, soy más libre, siento que respiro un aire más puro, menos tóxico, más vital. Ahora sé que prefiero quedarme con los que quiero, los que siento mi familia, hermanos del alma, y a los demás, aunque les deseo siempre lo mejor, que les vaya bonito.

Sé que me he apartado del “mundo” más de cuatro meses y aunque la vida haya continuado con sus cuitas y sus esperanzas reconozco que me incorporo a ella con paso más medido, sabiendo bien lo que sé, también lo que anhelo y a quienes quiero.

Este tiempo en Cantabria ha sido vital mi reencuentro con Dios y sobre todo con la Virgen María, especialmente bajo la advocación de Bien Aparecida. El Señor se ha hecho presente con más rotundidad en mí día a día, me ha insuflado de fuerzas que creía aniquiladas, me ha dado vida. Mi reencuentro con la Virgen por siempre Bien Aparecida ha sido suave, tranquilo, como lo es la relación de un hijo que ha sido hallado por su Madre.

Y aunque el mundo continúe, aunque la vida, la de todos los días, siga su marcha, quien esto escribe seguirá caminando con paso fuerte, haciendo lo que en verdad, honor y coherencia deba, aunque viva apartado del mundanal ruido que todo ciega e intoxica.

La vida es un carnaval, un cambalache tal y como describiera Enrique Santos Discépolo allá por 1934 y que cantaba Julio Sosa. También tiene su cuaresma que nos lleva al sufrimiento de la pasión para resucitar en el último día.

Los cristianos, como la mujer de césar, tenemos que serlo, pero también parecerlo. En la Fe no valen medias tintas, la tibieza siempre nos perjudica a nosotros y a los demás. No podemos decir que somos fieles hijos de la Iglesia, pero cuando menos te lo esperas nos aprovechamos de los demás, abusando de su bondad. Ante el mundo podremos aparecer con aspecto intachable, con un prestigio fuera de toda mácula, aunque en verdad nos asemejamos a un sepulcro blanqueado.

La coherencia siempre se ha pagado con la vida. En los países de Oriente Medio vivir la Fe en Jesús es morir en Su Nombre. Aquí, en la sociedad occidental y desarrollada, la muerte es otra: Es persecución, abandono y desprecio. He comprendido que ser alguien sin ser de Dios es una pérdida de tiempo.

Poco a poco, adentrado ya en la madurez, observo que soy más de los de Fe recia, de los que van de frente, de los que prefieren alejarse de las alharacas, para quedarme con lo que es de verdad, lo que es bueno para mi vida y sobre todo lo que es imprescindible para alcanzar la salvación.

No pretendo ser “bendecido” por alguien del mundo porque soy de los que anhelan el momento de serlo definitivamente por Dios. Para llegar hasta ahí hay que sufrir mucho y vivir también porque para ser un ciudadano del Reino de los Cielos hay que trabajar en el mundo, con todos los que nos rodean, sin perder ni un momento el itinerario celestial que es personal y además intransferible.

Ahora viene el carnaval, después vendrá la Cuaresma. Se mezclan el mundo con lo existencial, las luces, el brillo, las risas y diversión, con la oración y penitencia.

Ser de Cristo es estar Alegres, pero no como quiere la sociedad sino como desea para cada uno de nosotros nuestro celestial Padre.

Sí, la vida continúa, el mundo transita por caminos de intereses creado, pero yo he decidido pararme y seguir recorriendo mi personal sendero según el itinerario que me tiene marcado Dios desde antes de nacer. Algunos pasos serán gozosos y otros menos. ¡Qué más da!

Jesús Rodríguez Arias

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