lunes, 20 de febrero de 2023

* MIS DOS METROS CUADRADOS

 

El itinerario de esta Cuaresma y también en la vida tiene mucho que ver con mis dos metros cuadrados...

Jesús Rodríguez Arias


MIS DOS METROS CUADRADOS

Una nueva Cuaresma llega a nuestras vidas y con esta un tiempo de preparación para vivir con total intensidad espiritual la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. En estos días previos podríamos hacer examen de conciencia para ver qué penitencia nos planteamos en estos cuarenta días venideros.

En una conversación con Hetepheres me dijo que ella intentaba hacer todo el bien que pudiera en sus dos metros cuadrados más inmediatos ya que superando esta distancia no era cosa tanto de uno como de los demás. Mi propósito para esta Cuaresma es hacer el bien intentando no mirar a quién. Esto que queda muy bien puede suponer una verdadera penitencia.

Reconozco que de siempre he sido una persona abierta, extrovertida, un verdadero animal social pues en todo lugar, acto, y momento me gustaba relacionarme con mis semejantes. Podía encadenar días tras días de actividades, reuniones, asistir como oyente o como ponente a conferencias, mesas redondas y demás que se organizaran sin apenas desgaste. Ahora, a los cincuenta y tres años que me alumbran, me costaría mucho llevar esta vida. Con los años me he hecho más reservado, más intimista, más alejado de todo y de todos, me gusta vivir donde vivo, me descansa pasar temporadas en un pequeño pueblo de Cantabria, disfruto de una vida tranquila, modesta, y de buscada soledad. Cada día que pasa me considero un solitario que no se siente solo, que huye de las aglomeraciones, que intenta pasar desapercibido manteniendo una respetuosa distancia con los demás. Solo los más íntimos tienen llave para entrar en mis adentros donde son siempre bienvenidos.

Por eso me propongo, dentro de esos dos metros cuadrados, ser más sociable y cercano con todos dedicándole tiempo ya sea personalmente o por medio de la oración incluso a aquellos que sé me quieren mal. Aconsejar, si puedo y me dejan, a quienes necesiten una palabra amiga que les sirvan de asidero ante sus dudas y problemas.

Dentro de mis dos metros cuadrados estar el de orar y desear el bien a todos sin excepción. Rezar y amar a las personas queridas es lo más fácil del mundo, pero cuando tienes que hacerlo con aquellos que te quieren zaherir con palabras, obras y omisiones es ya es harina de otro costal. Tener siempre a nuestros fieles difuntos, benditas ánimas del Purgatorio, y difuntos olvidados en nuestras plegarias pues algún día seremos uno de ellos y también imploraremos que un corazón noble rece por nuestras almas.

Hacer obras de caridad atendiendo a los más necesitados, ofreciendo ayuda no solo de dinero y alimentos sino también atendiendo en la medida de mis posibilidades a esa persona que se encuentra sola, enferma o desvalida, al que lo pasa mal por mil circunstancias. Hay muchos que necesitan más que el comer un gesto de cariño, un beso o un abrazo.

Es esos dos metros cuadrados hay que intentar mantenerlos libres de chismorreos, críticas, falsas acusaciones, injurias infundadas, infames difamaciones, malos y sucios pensamientos que quitan nuestra propia dignidad como seres humanos.

Dentro de mis dos metros cuadrados debo mantener férreamente la coherencia personal en todo cuanto piense, haga, o escriba. Os confieso que no es fácil, pero si muy gratificante ya que dormir tranquilo todas las noches no tiene precio.

Y por supuesto dentro de los dos metros cuadrados intentaré, con la ayuda de Dios, ser consecuente con la Fe, ser un verdadero discípulo de Cristo e hijo pródigo dentro de la Santa Madre Iglesia defendiéndola tal cual es siempre y entendiendo que la misma quiere ser servida en la forma y manera que esta disponga. Todos los católicos somos trabajadores en las míes del Señor y Él dispone en cada momento cual es la misión de cada cual. Esa fidelidad también se extiende cuando actúas en la esfera de lo público.

Hacer el Bien no es fácil ni mucho menos pues desearlo a personas queridas no tiene tanto valor como cuando lo proyectas con los que te han hecho mal y lo siguen haciendo.

Sí, pienso que en esta Cuaresma amén de vivir con intensidad todo cuanto tenga que ver con el apostolado cofrade voy a trabajar mis dos metros cuadrados.

Jesús Rodríguez Arias

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