lunes, 19 de diciembre de 2022

* YAGO

 

Ya son muchos los años que escribo en la antesala de las fiestas un Cuento de Navidad. 

Pienso que antes era una costumbre muy arraigada que se ha ido diluyendo con los tiempos aunque todavía algunos mantenemos viva la llama de la Navidad contando historias.

Como la de Yago...

Con este Cuento  que se publica hoy lunes 19 de diciembre en Andalucía Información - Información San Fernando os deseo a todos una Feliz Navidad y un venturoso Año Nuevo.

Jesús Rodríguez Arias


YAGO

Que se hace Camino al andar lo sabía desde que Don Arturo, el viejo profesor de su colegio de siempre, recitara los versos que escribiera el célebre poeta de la Generación del 98 Don Antonio Machado.

No le gustaba destacar, por su carácter era lo contrario a la notoriedad, a los primeros asientos, a los almuerzos y cena de sociedad, a ser nombrado y menos felicitado. Buen estudiante que estrujó sus años en colegio, instituto y universidad para poder embeberse de todo el saber que pudiera. Era consciente que la sabiduría es otra cosa, es un don que se adquiere con los años, de aprender de los mayores, de estar largos ratos en silencio.

Atrás dejó la niñez y la juventud, atrás quedaron su abuela Engracia, que vivía en la casa familiar con sus tres hermanos, la tía Paca y su madre Rosario. Ambrosio, su padre, había fallecido cuando él era muy niño de unas malas fiebres. Atrás dejó las correrías con la chiquillería de su pueblo, el primer enamoramiento con Rosa la hija de Lucía, la panadera. Atrás quedaron sus años de universidad, de comprender en primera persona que todo el mundo es igual, aunque totalmente diferente.

Terminó la carrera de Náutica y se enroló en un buque de la marina mercante, un carguero que lo llevaría a la otra punta del mundo. Ahí descubrió que el Camino se navegaba siguiendo las estelas de la propia mar. Allí conoció otros lugares compuestos por personas que se diferenciaban por habla, raza e incluso religión, pero que con los años ha llegado a la conclusión de que en verdad todos son personas, seres humanos, que se levantan y se acuestan intentando a su modo y manera el construir un mundo mejor.

Yago aprendió en la mar lo que no tuvo tiempo en la tierra. Aprendió a amar y desamar, aprendió conocimientos que le fueron de gran ayuda, aprendió a respetar, a trabajar codo con codo, a sacrificarse, a convivir con los demás…

Pasaron los años y ya le costaba mucho el emprender cada viaje, fuera más cerca o lejos, alejarse de sus querencias, pocas la verdad sea dicha, y de ese Camino que por él mismo tendría que comenzar a andar.

Yago permanecía soltero aun a pesar de que haya habido algunos amores allá en cada puerto. No encontró la mujer de su vida, aunque él tampoco pusiera mucho empeño. A lo mejor esta circunstancia ayudó para que en un momento determinado dejara para siempre la mar, y sus responsabilidades como capitán de la marina mercante.

Con lo ahorrado, que era casi todo, y con algunos años más teniendo el mar como bandera gracias a su cargo de práctico en un cercano puerto pudo prejubilarse y de esa forma hacer camino al andar tal y como escribiera Don Antonio Machado.

Se reconoce como un hombre de fe, ir a Misa todos los domingos que la mar se lo permitiera le ayudaba mucho en cada travesía y también a la hora de emprender nuevos caminos. Será por eso por lo que el Camino que lleva a Santiago de Compostela siempre le atrajo tanto por su sencillez, por su apertura de miras, por encontrarse y conocer a personas de todo el mundo a las que les unía un único fin: Recorrer el Camino hasta llegar a la tumba del Santo Apóstol haya abrazo o no.

No te podría decir los kilómetros que tiene a sus espaldas en los años que lleva haciéndolo. Mochila a la espalda, bordón en mano, y la firme voluntad de que a cada paso respira esa clase de libertad que no puede encontrar en cualquier lado porque es la que regala cada día el mismo Dios.

Yago es inmensamente feliz de hacer lo que hace, de estar donde está, y en Nochebuena brindará con los que estén en aquél albergue porque un nuevo año ha llegado la Navidad, porque ha nacido Jesús, eterno peregrino, y con Él su Amor lleno de misericordia que nos salva.

Con este tradicional cuento os deseo a todos una Feliz y Santa Navidad, un venturoso año y que Sus Majestades los Reyes Magos os traigan cuánto deseáis.

Nos volvemos a reencontrar el lunes 9 de enero de 2023 si Dios así lo quiere.

Jesús Rodríguez Arias

lunes, 12 de diciembre de 2022

* LLEGA LA NAVIDAD

 

Poco a poco va llegando la Navidad con sus colores, sabores y sentires...

De eso precisamente quiero hablaros en el día de hoy.

Jesús Rodríguez Arias

LLEGA LA NAVIDAD



Con olor de mazapán, de turrón, de mieles y de pan…

Así comienza el célebre villancico “Navidad con Paz” y así me gustaría que fuera, como las navidades de la niñez en las callejuelas de mi alma. ¡Cuánto daría por ver el mundo desde los inocentes ojos de un niño! Cuando somos pequeños ansiamos ser mayores, cuando llegamos a serlo y aunque en nuestra mirada brote una pizca de niñez, recordamos la misma asumiendo eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor.

Llega la Navidad postpandemia, la de las reuniones familiares sin prohibiciones en cuanto al total de personas que se pueden juntar, la de zambombas, almuerzos y cenas de empresa o de amigos, de quedar para charlar, cantar, reír, de las compras en abundancia y casi siempre precipitadas, la de los niños mirando al cielo, a esa estrella que ilumina sobre las demás, mientras los padres, abuelos y mayores les dicen que se porten bien, que los Reyes Magos pronto han de llegar.

Llega la Navidad de la guerra, de la crisis económica y energética, de millones de personas pasándolo mal, de las colas del hambre ante Cáritas y comedores sociales, la de no llegar el sueldo, quién lo tenga, a mitad de mes.

Llega la Navidad del despilfarro, también el de nuestros gobernantes, de saludo obligado, buenos deseos enmarcados, de un Papa Noel tan “familiar” que en verdad sigue siendo un desconocido.

La Navidad de la Familia, de los amigos, de los compañeros de trabajo o de estudios, de los vecinos de nuestros pueblos y ciudades, también de nuestras queridas hermandades. La Navidad del recuerdo para los que ya marcharon dejándonos tan solos y huérfanos, de los que aquí quedaron a los que en estas precisas fechas les cuesta caminar sin ellos. La Navidad en casa, de las obras de arte hechas belenes, donde admiramos un año más el Nacimiento del Niño Jesús en un humilde pesebre.

La Navidad del pintor que en lienzo traza lo que la inspiración quiere, del músico que compone esa melodía que en su corazón siente, la del escritor que escribe, la del poeta que en cada verso rasga sus quereres, la del fotógrafo que en un instante capta lo que la mirada le sugiere, la del quejío de una guitarra, de voces casi rotas que cantan a Jesús lo que en sus almas presienten, la de los niños, hombres y mujeres, la Navidad de todos, aunque cada uno la viva según entiende y puede.

La Navidad de los periodistas atentos a la noticia de última hora, la de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, la de los médicos, enfermeros y personal sanitario que en centros hospitalarios atienden a los enfermos y también a las madres que están dando a luz,  a esa persona que apagándose está y ya espera la visita de la muerte…la de los taxistas, bomberos, militares, y demás servicios públicos, también los funerarios, que atienden a sus obligaciones mientras los demás cantan, ríen, lloran, y viven.

Llega la Navidad y cada uno la vivirá a su modo y manera, a su saber y entender, como cada cual quiera. Es un tiempo para celebrar y también para pensar en los demás, en los que más necesitan de pan y cariño, del abrazo y la palabra sincera, de un gracias, un te quiero, que nos haga sentirnos vivos.

Llega la Navidad de luces de colores, de árboles inmensos, de música y villancicos, de buena comida en la mesa, de algarabía, pero también de silencio, de la parca soledad no deseada, de aquellos que no tienen a nadie con quién celebrar la venida del Niño.

Llega la Navidad y en ella se renueva la Esperanza, la que nunca nos debe faltar, la que hace que nos levantemos cada amanecer abriendo la ventana para que entre aire fresco y con este la ilusión.

Siempre digo que la Esperanza es el leimotiv de mi vida y que junto a la Fe y la Caridad recorro el sendero que con el pasar de los años se ha convertido en Camino.

Quedan menos de dos semanas, vivámosla ya que en los dos últimos años socialmente ha estado secuestrada.

Jesús Rodríguez Arias

 


lunes, 5 de diciembre de 2022

* MADRE

 


Es el Adviento tiempo de Esperanza...

Es el Adviento tiempo propicio a la  plegaria...

Jesús Rodríguez Arias


MADRE

Me dirijo a ti desde la pequeñez que tiene todo hijo, me dirijo a ti en estos días donde se hace más presente tu Inmaculada Concepción, aunque todavía muchos en su ceguera no la quieran ver.

¡Cuánto te necesito y cuánta falta haces en este mundo tan alejado de Dios y tan bombardeado por mil tentaciones! No nos damos cuenta de que todo lo que poseemos, lo que ansiamos tener, cuanto creemos atesorar, acaba y se queda aquí pues cuando nos vayamos a recorrer los celestiales senderos que llevan a tu Hijo solo llevaremos como el mejor y único salvoconducto cuantas obras de Amor hayamos sembrado aquí en la tierra. Yo sé que mi Reino no es de este mundo y aunque en el mismo quiero vivir no deseo hacer morada en él.

Madre bien sabes que estoy en una etapa de la vida en el que necesito de la buscada soledad para reencontrarme ya que, en ese silencio interior que aun pareciendo temible tan necesario es, pido al Espíritu Santo que me muestre el camino y que conduzca mis torpes pasos, que me ilumine para comprender que es lo que tengo que hacer en cada momento asumiendo la realidad de la vida tal cual es con sus alegrías y tristezas, con sus decepciones y esperanza. No todo en la vida es tal se nos muestra y por eso hay que buscar con ahínco la mano de Dios en cada momento y circunstancia.

Diciembre es el mes de la Esperanza porque el que ha de Nacer vendrá a nuestros cansados corazones, hastiados de tanto engaño como nos ofrece una sociedad perdida que no quiere ser hallada, doloridos por tanto mal, tanto vicio e incertidumbres. Jesús, el que llevas en el Sagrario de Tu Vientre, es nuestro Salvador, el Mesías y el Señor que tanto necesitamos todos sin excepción. Los no creyentes necesitan de Su Misericordia y también los que intentamos mantenernos firmes en la Fe.

Aunque yo soy más de rezar y conversar con Jesús de siempre he sido muy mariano toda vez nací al ladito del Carmen teniendo como vecina de pared con pared a la bendita imagen de la Patrona de La Isla.

Madre, por cada año que pasa siento que capítulos de mi vida van cerrándose y con ellos momentos, vivencias, lugares, instituciones e incluso personas. Muy pocas, lo reconozco, están ya en mi actual y existencial recorrido, aunque los que conmigo se hallan es por méritos propios y no tanto por la distancia ni el tiempo que hace que no nos veamos. El cariño y la verdadera amistad no entiende de lejos o cerca ya que puedes mantener la confianza más absoluta con alguien que esté a kilómetros de ti y no tenerla con algunos que ves todos los días.

Madre tú eres María la de los mil nombres y advocaciones. Los que laten en el corazón de mi alma serán por siempre Carmen y Auxiliadora, Amargura y Trinidad, Caridad y Buen Fin, Esperanza Macarena y también isleña Franciscana que es cuando la noche se hace Silencio en la madrugada. Pasión y Madre de la Iglesia que espera cada Jueves Santo que la Redención de Jesús vuelva al Santuario que es su casa, es Dolores y Divina Pastora de las Almas, es Rosario que llevo en mano rezando por mí, por ti, por todos, tantas plegarias… Es Bien Aparecida que me conquistara para siempre cuando este verano estuvimos en Cantabria, y también la hondureña Virgen de Suyapa.

Madre del Rosario, sostén de los peores momentos de mi vida, sigue poniendo en mis hombros tus manos corredentoras y líbranos de todo mal. Tú mejor que nadie sabes el por qué no voy a verte todos los días.

Empezamos una semana de puentes donde va terminando el de la Constitución y comienza el de la Inmaculada. Se vivirán días de mucho trasiego, de ir y venir, de compras para la ya más cercana Navidad que no olvidemos celebramos el Nacimiento de Jesús que es Vida y Esperanza.

Madre, ayúdanos y gracias por poner a Hetepheres en mi vida y junto a ella a todos los que me rodean a los que quiero de verdad.

Jesús Rodríguez Arias