“Todo pasa y todo queda/ pero
lo nuestro es pasar/ pasar haciendo caminos/ caminos sobre la mar”. Seguro que
estos versos os suenan, así como que también algunos de vosotros estaréis
canturreando la célebre canción de Joan Manuel Serrat.
La letra de Cantares está
compuesta por tres estrofas de Antonio Machado “Proverbios y cantares” de sus
obras Campos de Castilla (1912), y de tres estrofas escritas por el propio
Serrat, en las que incorpora los versos “Caminante no hay camino/ se hace camino
al andar”.
Todo pasa, todo queda y
también todo llega, aunque a veces la espera nos parezca una eternidad. Y es
que en demasiadas ocasiones carecemos de la necesaria paciencia para encarar la
vida con sus alegrías y los pertinentes sufrimientos. Todos queremos en
definitiva ser felices y comer perdices, es un decir, como el final de los
cuentos de antaño.
Me gusta comparar la vida con
la belleza de una rosa, el aroma que por sí embriaga nuestros sentidos, pero la
reina de todas las flores también tiene sus espinas que se clavan y desgarran
nuestra piel haciéndonos sufrir. Así es la vida y así tenemos que enfrentarnos
a ella cada día de nuestros días.
Todo pasa, todo queda y todo llega. Hace un mes estábamos disfrutando de los últimos días del tiempo de Navidad, hoy suenan coplas en el Gran Teatro Falla que darán paso a un nuevo Carnaval y en poco más de un mes nos llegará la Cuaresma que como todos sabemos es tiempo de conversión y arrepentimiento pero también de eclosión del apostolado cofrade ya que en sus casas de hermandad y almacenes se respira vida, hermanos que van a recoger sus túnicas, los cultos cuaresmales con las correspondiente Funciones Principales de Instituto hasta llegar al Domingo de Pasión donde muchos de nuestros Amantísimos Titulares estarán expuestos en Besapiés o Besamanos, domingo también del Pregón de la Semana Santa que este año estará a cargo de mi querido y buen hermano en Medinaceli, Eduardo Coto Martínez que declamará lo que es para un cristiano-cofrade la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo en el Real Teatro de las Cortes.
Todo pasa, todo queda y todo
llega también en cualquier vertiente de la vida y por eso pienso no deberíamos
preocuparnos tanto del pasado que ya pasó, afrontemos con valentía y coherencia
nuestro presente para que nos dé la necesaria Esperanza con la que anhelaremos
el futuro que siempre está por venir. No es bueno para nadie vivir en el pasado
ni poner nuestros afanes en lo que ha de llegar ya que de este modo nos
perdemos necesarias etapas que se viven en el aquí y ahora de lo que llamamos
presente.
Todo pasa, todo queda y todo
llega teniendo en cuenta que aquí no nos vamos a quedar nadie, que todos
tenemos fijados nuestra particular fecha de caducidad, que será cuando solo
Dios quiera. Nuestros objetivos vitales no pueden delimitarse en un desmesurado
afán de protagonismo, de atesorar riqueza y del poder mal entendido, en este
último caso solo hay que fijarse en gran parte de los políticos que ostentan
cargos públicos que por sus espurios intereses son capaces de hacer lo
contrario a lo que prometieron, traicionar a quienes los votaron y mirar hacia
otro lado ante abusos y desmanes cometidos por los más cercanos porque al final
todo pasa, poco queda y todo llega. El cerrar los ojos a este mundo es en
verdad el mayor acto de justicia pues nos iguala a todos porque cuando llega la
temida muerte no hay rico ni poderoso que pueda pagar ni un segundo más de vida.
Todos nos ponemos ante Dios como vinimos a este mundo y solo nos salvará lo
bueno que hayamos hecho por los demás, así como por nosotros mismos porque en
demasiadas ocasiones solemos juzgarnos y condenarnos con demasiada severidad.
Piensa que la vida es en sí un
inconmensurable regalo de Dios que ha puesto todo lo que ha creado en nuestras
manos. De nosotros depende de hacer del mundo, la sociedad que nos rodea,
nuestro particular día a día, un precioso jardín de rosas con sus
correspondientes espinas.
Jesús Rodríguez Arias