El obispo de Cádiz y Ceuta, Mons. Rafael Zornoza, se ha reunido hoy, 28 de septiembre, con los miembros de la Curia Diocesana y trabajadores del Obispado en un inicio oficial del curso en el que ha expuesto las líneas generales de trabajo para los próximos meses.
Este encuentro, que ha dado inicio de manera oficial al curso en el Obispado de Cádiz y Ceuta, ha comenzado con una reunión en el salón de actos. El obispo ha abierto su exposición haciendo una valoración de lo que ha sido el Año Jubilar, “un año muy bonito en el que se han cumplido las expectativas a través de las distintas actividades y celebraciones que se han desarrollado”. En este sentido, ha agradecido el trabajo de todos aquellos que han colaborado en la organización de los distintos actos.
Mons. Zornoza ha hecho una reflexión sobre el significado de pertenencia a la Iglesia. Asimismo, ha dado especial importancia a la transmisión de la fe y ha recordado los distintos pasos que la diócesis lleva dando en los últimos años al servicio de la evangelización. El obispo diocesano ha puesto también el acento en el catecumenado diocesano de adultos bautizados y la catequesis de iniciación cristiana.
Por otro lado, ha mostrado su preocupación por la atención pastoral de los jóvenes y el gran desafío de acompañarles y que sean partícipes de la vida de la Iglesia. Igualmente importante, ha asegurado, es la atención a los necesitados, valorando el gran trabajo que realizan, entre otros, el Secretariado de Migraciones y Cáritas, a pesar de los pocos recursos con los que cuentan.
Además, el prelado apunta como uno de los objetivos para este curso la consagración de la diócesis al Sagrado Corazón de Jesús, ya que en el 2019 se celebrará el Centenario de la Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús ante el recién construido monumento en el Cerro de los Ángeles de Madrid.
Por último, durante la homilía pronunciada en la Santa Misa celebrada para los trabajadores, en la capilla Nuestra Señora del Carmen, Mons. Zornoza ha destacado la labor que realiza la curia y los empleados del Obispado, “un servicio que Dios nos pide”.
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