Washington (Agencia Fides) – “La nueva regulación termina con décadas de políticas y directrices sobre el tratamiento hacia los inmigrantes por parte del gobierno de los Estados Unidos”. Así lo asegura una declaración oficial de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (USCCB), firmada por monseñor Joe Vásquez, Presidente del Comité de Migraciones y obispo de Austin (Texas); y monseñor Frank Dewane, obispo de Venice (Florida) y Presidente de la Comisión para el desarrollo local y social. Los obispos se refieren al “Aviso de Propuesta de Reglamento sobre los inmigrantes y los beneficios públicos” divulgado el sábado 22 de septiembre por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS). Se trata de un documento que, según los obispos “altera de forma drástica las políticas vinculadas al acceso a programas esenciales que otorgan la seguridad necesaria a los inmigrantes legales”.
“La propuesta, -explican-, reúne una lista de estrictas condiciones, ya en vigor por separado, destinadas a evitar que muchos inmigrantes reciban una ayuda federal”. Este enfoque “aumenta el miedo entre las familias migrantes que están luchando por lograr el Sueño Americano. Además, es probable que la disposición impida que las familias accedan a servicios de salud importantes, vitales para la salud pública y el bienestar”, apuntan con preocupación.
La propuesta habla de la necesidad de “garantizar que los extranjeros que vienen a los EE.UU. o que están en proceso de regularización de su permiso de residencia, puedan disponer de medios adecuados de subsistencia mientras están en suelo estadounidense, y que los extranjeros no se hagan dependientes de los servicios sociales del Estado para su supervivencia”.
Unos días antes, el 19 de septiembre, el mismo monseñor Vásquez emitió una declaración sobre la anunciada “Determinación Presidencial”, que establece que el Gobierno fijará en 30 000 el número máximo de refugiados admitidos en los EE.UU. para el año 2019, el número más bajo desde 1980.
El Presidente del Comité de Migraciones de la Conferencia Episcopal considera el anuncio “muy preocupante” ya que “pone en peligro muchas vidas”. “Cercenar la protección a quienes huyen de la persecución, en un momento sin precedentes desde el punto de vista de las necesidades humanitarias globales, contradice lo que somos como nación”, lamenta monseñor Vásquez. “Proporcionar refugio a las personas que huyen de la violencia, de la tortura o de la persecución religiosa es una piedra angular de nuestra historia”, recuerda, y añade: “Cerrar las puertas no se corresponde con lo que somos”. La Iglesia insta al Gobierno a “restaurar el número de refugiados admitidos para permitir que la Comunidad Internacional siga ayudando a estas personas y contribuyendo con su necesidad de seguridad global y para que Estados Unidos siga siendo coherente con su larga historia de acogida compasiva”.
(SM) (Agencia Fides 27/09/2018)
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