La Virgen de la Merced cumplió este lunes con el ritual de reencontrarse con el pueblo de Jerez en la tarde del 24 de septiembre, en una procesión marcada este año por el 800 aniversario de la Orden Mercedaria y por el calor.
La jornada se inició en el interior de la basílica con la renovación del Voto de la Ciudad, que estuvo a cargo de la propia alcaldesa, Mamen Sánchez. En su intervención, la regidora aludió a cuestiones como el desempleo, el trabajo precario, la violencia de género o la inmigración, abogando por una “suma de voluntades” que permita solucionar algunas de estas cuestiones. “Tú nos ayudas y los demás ponemos los medios, las ganas, el coraje y la ilusión”, dijo, reiterando el “compromiso” tanto de la ciudad como de los jerezanos de “seguir trabajando en el progreso, el desarrollo y el bienestar”. Posteriormente llegaría el pontifical oficiado por el obispo de Asidonia-Jerez, José Mazuelos, que a modo de respuesta abogó por la necesidad de que “creyentes y no creyentes” se den la mano “para poder promocionar al hombre”. “Por eso tiene sentido este Voto”, dijo Mazuelos, porque “la Iglesia llega a donde tantas veces la administración no llega”.
Ya por la tarde se pondría en marcha la anual procesión de la patrona, en cuyo cortejo se incluyó este año la imagen de San Pedro Nolasco como fundador de la orden. El santo ocupó el paso de la Sacramental de Santiago y fue acompañado por la Agrupación Musical San Juan. La densa comitiva inició su recorrido a las seis y media de la tarde, debiendo sobreponerse a la elevada temperatura que marcaban los termómetros.
Por fortuna la jornada refrescó con la caída del sol y ello propició que muchos jerezanos salieran a la calle para encontrarse con la Virgen de la Merced en el tramo central de su itinerario, ya en Porvera, Larga, Alameda del Banco y Tornería.
La patrona lució en esta ocasión el terno que bordara Carrasquilla para su coronación canónica, en 1961. El paso fue exornado con 1.200 tallos de nardos, muchos de ellos ofrecidos por los propios jerezanos en los últimos días de la novena. La cuadrilla de costaleros estuvo comandada por Martín Gómez, contando el paso con el acompañamiento de la Banda Municipal de Música. Antes de la recogida, Eduardo Velo tuvo a su cargo el fervorín con el que anualmente se cierra la procesión.
Francisco Aleu
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