Hoy, miércoles 2 de Noviembre, ha sido un día prolijo en publicaciones: La Belleza de la Iglesia de cuyo autor es mi buen amigo Pedro A. Mejías y la concesión del X Premio Drago de Oro que otorga el Ateneo Literario, Artístico y Científico de Cádiz a mi admirado y gran amigo; José Ramón Pérez Díaz-Alersi.
¡Qué alegría! Todas buenas noticias y todas compartidas con vosotros.
Ahora quiero dejar hablar al corazón y dedicar unas letras a una persona extraordinaria en todos los sentidos y que seguro ni que este artículo, ni las torpes letras en él escrita hacen justicia a la verdadera dimensión de la misma.
La conocí hace cinco años. ¡Parece que fue ayer! Enseguida que la vi y la escuché me cautivó, dicen que los "flechazos" no existen, pero os puedo decir que SI. La conocí en una conferencia, estaba interviniendo en el coloquio entre el público y el ponente, era parte del primer grupo, e hizo unas preguntas certeras, llenas de sentido común que se llevó a la parroquia, es decir, a los asistentes de calle.
Después coincidí con ella en un Curso de Verano, yo iba con un buen querido amigo, y nada más vernos se sentó a nuestro lado y empezó hablar de todos los temas. En estas primeras conversaciones pude comprobar que estaba ante una persona íntegra, arrolladoramente leal, coherente, fiel a sus principios, ilusionada con todo lo que hace, con una vocación de servir a los demás de forma inaudita.
Cuando terminó este Curso de Verano quedamos en volver a vernos para seguir hablando y eso sucedió días más tarde. Una conversación que dura como el primer día que nos vimos.
Les estoy hablando de mi mujer, Hetepheres Benítez Collantes, una mujer que por entregada, que por buena persona, que por el gran corazón que pone en todo lo que hace, que por su entrega desmedida a todos y a todo en lo que cree ha sido, en muchas ocasiones, injustamente tratada y cuando lo ha sido su corazón se ha entristecido porque cree, en su total dimensión en la condición humana, y valora la justicia, la lealtad, su fe en Dios, en María, en San Judas Tadeo, su fe en la buena gente y no puede comprender que una persona que ella le ha depositado su amistad pueda traicionarla o traicionarme porque, puedo asegurar, que le duele más el daño que a mi puedan hacer que el que le han hecho a ella.
Esta mujer que es todo corazón, todo optimismo, todo AMOR, todo cariño, toda entrega es la mujer de mi vida. Me imagino que para todos los maridos y novios sus mujeres son excepcionales, pero yo hablo de la mía a la que quiero con toda mi alma, de la que estoy más enamorado cada día que pasa y de la que estoy más orgulloso por cada segundo de nuestra vida.
Nuestro noviazgo no fue fácil para ninguno de los dos por la oposición que encontré en parte de mi familia, pero la dificultad hace que, cuando existe verdadero amor, sirva como el pegamento más fuerte que existe. Los malos momentos de la vida nos han hecho más fuerte como pareja porque siempre nos hemos tenido el uno para el otro.
Dicen "que un matrimonio feliz es una larga conversación que siempre parece corta".
Doy gracias a Dios por haber puesto en mi camino, en mi vida a Hetepheres. Una mujer valiente donde las haya, una mujer única y excepcional.
cariño me he puesto roja. eres un exagerado.se te ha olvidado poner el carácter que tengo cuando me enfado y la poca paciencia que tengo. pero el vivir contigo es tan fácil y sobre todo tan maravilloso. eres el hombre ideal,cariñoso detallista, amable, simpático,generoso, valiente,paciente. lo que no comprendo es como una persona tan extraordinaria como tu te has podido casar conmigo. pero ya esta hecho. y le doy gracias Dios todos los días por haberme dado este regalo del cielo que eres tu. te quiero con toda mi alma y gracias por haberte casado conmigo.
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