La vida está llena de secretos.
Hoy han nacido unos, y otros se despidieron de la vida; unos cerraron sus ojos y otros los abrieron a la luz.
Hoy han reído y gozado muchos, mientras otros sufrieron a gritos o en silencio; todo está mezclado en este mundo; penas y glorias, guerra y paz.
Pero no todo pasa; no es todo como el ave, que no deja ni el rastro de sus alas en el aire.
Hay algo que no pasa; son las obras que cada uno de nosotros realiza; sean ellas buenas o malas, quedan en nuestro recuerdo, en lo profundo de la conciencia, en la presencia de Dios.
Y de cada una de esas cosas deberemos dar cuenta al Creador; para nuestra vergüenza o para nuestro consuelo.
Dicen que la mortaja no tiene bolsillo; pero es que las obras no nos siguen en la mortaja, sino en nuestra conciencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario