Santiamén
Explico a mis alumnos la ley de la utilidad decreciente del dinero. Se trata de que cuanto más dinero se tiene menos útil resulta. Los primeros cinco euros son vitales para subsistencia. Pero cinco euros sobre un patrimonio de cincuenta mil valen menos que el chocolate del loro. Todos lo entienden y se asombran de que un billete no valga ni mucho menos lo mismo según quien lo tenga. Por eso, moral aparte y hasta solidaridad fuera, es tan valiosa (generadora de valor) la limosna. Salen cinco euros de una mano en la que valían muy poco y, en un santiamén, pasan a otra mano en la que significan muchísimo. Casi un milagro.
Enrique García-Maiquez
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