sábado, 19 de noviembre de 2011

AL CONGRESO DE CATÓLICOS Y VIDA PÚBLICA.

¡Este año todo es tan diferente!

Se está celebrando durante este fin de semana el XIII Congreso de Católicos y Vida Pública que organiza anualmente la Asociación Católica de Propagandistas. Nosotros, tanto mi mujer como yo, somos propagandistas hace ya algunos años y estamos muy orgullosos de serlo porque el carisma de esta Asociación es parte fundamental de la vocación que Dios nos ha dado: El de propagar el Mensaje de Dios y la Doctrina Social de la Iglesia. En eso estamos.

Desde que nos casamos Hetepheres y yo siempre hemos acudido a este importante cita. Con esta edición hubieran sido cinco años consecutivos, pero por razones de diversas índole no hemos podido acudir tal y como hubiera sido nuestro deseo.

Y es que las vivencias que se experimentan, la cantidad de personas que conoces y anclas tu amistad en ellas, además, te relaciones con prestigiosas personalidades que acuden como ponentes o como invitados. Este año  solo han sido día y medio de Congreso, hasta el pasado año eran dos y medio, ¡Cosas de la crisis! Aunque pienso que para ciertas cosas no debería haber restricciones, ni crisis, pero...

Hoy, que ha sido un día donde la melancolía y los recuerdos se han agolpado en mi corazón quiero llevarme por ellos y recordar a personas que este año no veré por no haber podido asistir al mencionado congreso.

Mi recuerdo, mi cariño, mi admiración y mi amistad siempre para mis amigos: Alfredo Dagnino, Rafael Sánchez Saus, Paco Serrano Oceja, Alejandro Rodríguez de la Peña, Antonio Urzáiz, Julián Vara Bayón, Carmen Fernández de la Cigoña, José María Perez de la Lastra, Pepe Peña, Carlos Fernández Primitivo, Pablo Muñoz, Carmen Muñoz Díaz, Juan Carlos Hernández Buades, Manolo Bustos, Javier Almagro y tantos buenos propagandistas que llevo y llevaré siempre en el corazón, de los que he aprendido a ser un laico comprometido con mi fe y a dar la cara, en todo momento y lugar, por Dios, por mi fe, por mis creencias. Vosotros sois parte intrínseca  de mi y le doy gracias a Dios por haberos puesto en mi camino.

Por supuesto, sería injusto que me olvidara, quiero también mencionar a los actuales rectores de la ACdP: Carlos Romero, Antonio Rendón, Leopoldo Seijas y tantos "viejos" amigos que rigen los designios de esta centenaria Asociación.

Este año siento que me falta algo y no es otra cosa que nuestra participación directa en el Congreso de Católicos y Vida Pública. Hay que dar gracias a Dios porque se celebre y rogarle para que se siga celebrando porque todo se hace para Su Mayor Gloria y para hace que el Mensaje de Cristo llegue a todo el mundo.

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