En este día del Libro os invitamos a regalar y, sobre todo leer, los libros de Santa Teresa de Jesús, escritora y patrona de las letras españolas. Su vida estuvo vinculada a los libros desde su más tierna infancia. Ya de niña, fue una lectora incansable de novelas de caballerías. Más tarde serían Las Vidas de Cristo, Vidas de los Santos y libros de devoción. Finalmente su formación y sus ansias de sabiduría la llevaron a los tratados de espiritualidad y de teología mística.
Y de la lectura, a la escritura, afición que en ella es espontánea, según los estudiosos en la materia. Un escritura que trata de hacer cercana, siempre con el objetivo de compartir sus experiencias, tanto las más íntimas y místicas, como aquellas que relatan sus aventuras como fundadora de conventos.
Cabe señalar que ninguno de sus libros se publicó en vida. Se hacían copias que se repartían entre los carmelitas. Hoy disfrutamos de sus obras completas en diversas ediciones, así como multitud de estudios y ensayos sobre su monumental creación literaria, poética y narrativa.
El texto más famoso de Santa Teresa es su autobiografía: Esta relación que mis confesores me mandan (prólogo) pero los versos de sus poemas también son muy conocidos y su prolífica producción de cartas no deja de ser estudiada por historiadores y filólogos.
Celebramos el día del Libro con versos que han pasado a la historia de nuestra literatura y que la han encumbrado como una de las mejores escritoras en lengua española de todos los tiempos, además de ser la primera mujer que escribió su propia biografía.
¡Feliz día del libro a todos!
[…] ¿Ves la gloria del mundo
Es gloria vana;
Nada tiene de estable,
Todo se pasa.
Aspira a lo celeste,
Que siempre dura;
Fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.
Ámala cual merece
Bondad inmensa;
Pero no hay amor fino
Sin la paciencia.
Confianza y fe viva
Mantenga el alma,
Que quien cree y espera
Todo lo alcanza.
Del infierno acosado
Aunque se viere,
Burlará sus furores
Quien a Dios tiene.
Vénganle desamparos,
Cruces, desgracias;
Siendo Dios su tesoro,
Nada le falta.
Id, pues, bienes del mundo;
Id, dichas vanas;
Aunque todo lo pierda,
Sólo Dios basta.
Santa Teresa de Jesús
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