Hoy es de esos días en los que no se me apetece escribir o al menos hacerlo por este motivo aunque considero imprescindible el poner negro sobre el blanco virtual de la pantalla que aparece delante de mí lo que ahora mismo pulula en mi mente y palpita en mi corazón.
Ha muerto José Ponce Guerrero, buen cofrade de mi querida Hermandad de Misericordia donde lo alcanzó todo hasta ocupar el cargo de Hermano Mayor, y cuando esta mañana me lo comunicó otro querido y buen hermano como es Leo López Carrasco debo admitir que no supe reaccionar, me quedé como petrificado pues era la última noticia que pensaba recibir.
Tuve el inmenso honor de conocer a Pepe Ponce antes, durante y después de ostentar el cargo de Hermano Mayor y siempre le tuve un inmenso cariño, que sé porque me lo demostraba con gestos y palabras que era totalmente recíproco, porque tanto él como su extraordinaria mujer, hijos y demás Familia entran dentro de la esfera de lo extraordinario. Era, y son, sencillamente sensacionales.
Pepe Ponce quiso a la Hermandad de sus amores y a sus amados Titulares bajo las advocaciones de Misericordia y Piedad más allá de sus fuerzas, de su salud, de su ser. Era un Cofrade con mayúsculas que se empeñó en hacer Hermandad más allá de las paredes de la Casa que alberga a esta señera cofradía del Jueves Santo así como de las blancas paredes del templo pastoreño. Y lo hizo haciéndose visible en todos los actos cultuales y culturales de todas las Hermandades y Cofradías de esta Isla de León que hoy por hoy llora su pérdida, y lo hizo poniendo esa eterna sonrisa que le caracterizaba, esa palabra de apoyo, ese gesto de estar siempre ahí.
Para mí José Ponce Guerrero fue un buen amigo, aunque en los últimos años no nos viéramos demasiado, un extraordinario cofrade, un magnifico Hermano Mayor que intentó hacer Hermandad siempre, un buen marido y mejor padre que se entregaba a diario a su Familia aunque para él la misma lo abarcaba toda aquella persona querida aunque no le unieran lazos de sangre.
Una larga enfermedad ha querido que hoy estemos llorando la pérdida de un buen isleño que prestó muchos y buenos servicios desde su labor profesional así como de su consulta privada formando parte de ese tejido de emprendedores que siempre tenía la mano tendida para ayudar.
Una larga enfermedad ha estimado oportuno el arrancarnos de la presencia ejemplar de Pepe Ponce al cual ya lo estamos echando de menos aunque allá en la Capilla Ardiente instalada en el Tanatorio de San Fernando está recibiendo parte del inconmensurable cariño con el que él sembró cada instante de su vida. Allá por el Polígono de Fadricas una multitud de hermanos de Misericordia, de las distintas que componen el arco cofrade de San Fernando, de representantes políticos, eclesiales, amigos estarán dando su último adiós a José Ponce Guerrero en un momento de profundo dolor que los unirán más si cabe a su ejemplar esposa, hijos y Familia.
Hoy martes 28 de abril mi querida Hermandad de Misercordia está de luto, estamos de luto, porque Dios ha querido llamar a su presencia a un buen hermano nuestro que siempre quiso poner en practica la Bondad, la Caridad, la Amistad, la Hermandad entre todos los que lo hemos podido rodear en un momento de su vida. Pepe quiso que a su lado siempre fuésemos felices y lo consiguió con creces y por eso mismo ahora que ya no está físicamente con nosotros lo echamos tanto de menos llorando su ausencia.
Con estas palabras salidas del corazón a base de experiencias y recuerdos quiero mostrar mi pesar a su querida Familia, a sus amigos, a todos los que lo querían y él quiso así como a todos los Hermanos Mayores, miembros de la Junta de Gobierno, hermanos que trabajaron con él cuando ostentó la máxima responsabilidad al igual que a todos y cada uno de los hermanos de mi querida Hermandad de Misericordia por el fallecimiento de N.H. D. José Ponce Guerrero que fue un buen cofrade y mejor cristiano.
Hoy La Isla de San Fernando llora porque ha perdido a un querido hijo suyo. Hoy todos los que formamos parte, sea de la manera que sea, del inmenso caudal de fe devocional como son las Hermandades y Cofradías estamos de luto porque Pepe Ponce ha muerto.
Hoy en el celestial barrio de la Pastora habrá salido a su encuentro quien tanto amó: Jesús que es todo Misericordia que junto a María que es Piedad y Esperanza Nuestra lo habrán llevado para dentro de la Gloria donde lo esperaban con los brazos abiertos buenos cofrades para empezar una de esas eternas tertulias mientras Tito Collantes lo coge la mano y le dice: ¡Qué alegría que estés aquí Pepe, que estés en Casa!
Recibid, mis queridos hermanos, un fuerte abrazo y que Dios os bendiga siempre.
Jesús Rodríguez Arias
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