Evita que la maldad crezca o se desarrolle a tu alrededor: No prestes oídos a rumores, infundios, bulos, chismes y cotilleos, ni uses tu lengua para extenderlos; no detengas tu mirada sobre las desgracias o las vergüenzas de los demás más tiempo del que emplees en ayudarles ni te regodees en su debilidades. Y no extiendas lo que oyes y lo que ves con tu palabra, no pregones a los cuatro vientos lo que sabes o crees saber de los demás. Sé prudente, respetuoso, bondadoso y bien pensado.
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