sábado, 25 de abril de 2015

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER.

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN. «Tened sentimientos de humildad unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, pero da su gracia a los humildes». (1ª Lectura del día). La soberbia lo que engendra es rivalidad, celos y discordia, porque uno no puede soportar ser menos que otro. Y lo malo del asunto es que el que es humilde, a veces y por debilidad, se deja arrastrar por la rivalidad, entrando en ese circulo vicioso de querer ser el primero. Ser humildes es "tocar" la realidad –el humus– de cada uno y descubrir los dones que Dios le ha otorgado, para ponerlo al servicio del otro, no por arrogancia ni por provocar al otro, sino para "arrimar el hombro". Ni tampoco debemos tener envidias de lo que al otro Dios le ha dado. Esta 1ª Lectura tiene tres mensajes más a tener muy en cuenta y que nos ayudará a "entrar en humildad": «Descargad en él (el Señor) todo vuestro agobio, que él se interesa por vosotros». Mantenerse “en humildad” no es fácil porque uno es atacado por todos lados. Hay uno, el demonio, que, con "mala sangre", lo único que le interesa es el conflicto y la hostilidad  y lo único que busca es destruir y separar: «Sed sobrios, estad alerta, que vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quién devorar». También San Pablo nos da la clave para no caer en el pecado: «Resistidle, firmes en la fe». Pues que hoy, día de San Marcos, el Señor nos haga fuertes como "el León". Santa María de Caná, ruega por nosotros.

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