En La Isla se vive la
Esperanza de forma especial porque es una ciudad donde lo castrense se une con
lo civil, la religiosidad popular con la Fe y con la Caridad. El color que esta
virtud teologal desprende es el verde más absoluto y bonito que existe.
Desde que se anunciara la
coronación canónica de la Santísima Virgen de la Esperanza cuyo acto tuvo lugar
en el solemne pontifical celebrado el sábado 25 de octubre en el Panteón de
Marinos Ilustres, la Hermandad de la Expiración, con ellas sus hermanos y
colaboradores, se han volcado con una preparación espiritual, de acción hacia
los que sufren, con un testimonio de vida cristiana inmensamente necesaria hoy
en día.
Dicho esto, quiero escribir de dos hermanos cuyos corazones laten en verde Esperanza Coronada, dos amigos a los que quiero y admiro, dos cristianos-cofrades que han dado, siguen haciéndolo, toda su vida en vivir, desde la coherencia en la Fe que nos une, en la Real, Venerable y Franciscana Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de la Esperanza Coronada. Vulgo “El Silencio”.
Mari Carmen y David, también
sus hijos, tienen la sangre verde, que es el color de la Esperanza, aman con
locura a sus Titulares, son personas integradas en la parroquia vaticana y
castrense de San Francisco de Asís, son cristianos recios que viven la Fe desde
la rectitud. Intentan, y hacen bien, no mezclarse en insidias barriobajeras,
que en vez de ayudar lo que hacen es destruir. Gracias a su impronta y de
quienes han conformado y conforman su equipo de gestión la Hermandad tiene un
nombre, un prestigio y una forma de hacer las cosas como debe por la antigüedad
que atesora.
Gracias a ellos y a los que
integraban su junta de gobierno tuve el privilegio de conocer esta Hermandad.
En septiembre de 2017 me comunicaban que había sido designado para ofrecer el
XXXVIII Pregón a María Santísima de la Esperanza. Esta encomienda me la
devolvió para toda la vida, en todos los momentos y circunstancias que he
vivido nunca me ha faltado. Declamar las palabras escritas en un sábado gélido
como fue el 16 de diciembre hizo que se llenaran las reservas de Esperanza
hasta límites insospechados.
He querido escribir y dedicar
mi semanal tribuna en San Fernando Información a Mari Carmen Márquez Delgado y
David Gutiérrez Vázquez porque pienso se merecen que públicamente manifieste mi
reconocimiento por toda una vida dedicada a nuestra querida Hermandad, al Santísimo
Cristo de la Expiración y a María Santísima de la Esperanza Coronada. El legado
que están dejando en la Hermandad de Expiración de San Fernando se valorará en
su justa medida cuando pase el tiempo.
Estamos tan acostumbrados a criticar la labor de los diferentes hermanos mayores y juntas de gobierno que pienso sería bueno que hiciéramos un examen de conciencia y por una vez les demos las gracias.
Jesús Rodríguez Arias


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