lunes, 22 de abril de 2013

A ALEXANDER SELLEZ MUÑOZ: ALEX PARA TODOS LOS AMIGOS.


Alex con Hetepheres en La Alameda antes de tomar las uvas en Nochevieja




Parece mentira, pero ya vamos a entrar en el octavo mes desde que se produjera nuestra historia de enamoramiento con Villaluenga del Rosario.

Voy a retrotraerme a mis recuerdos, con la edad empieza uno a fallarle la memoria en muchas ocasiones, y alejo mi vista a finales del mes de septiembre del pasado año. Hetepheres y yo habíamos reservado durante una semana una estancia en el Hotel “La Posada” de Tugasa en un pueblo pequeñito en el cual habíamos estado por febrero y del cual no pudimos disfrutar de él pues en esa fecha estaba bastante delicado de salud. En septiembre me pasaba algo parecido pues el médico, ante un rebrote de mis crisis digestivas, me recomendó descanso absoluto y desconexión completa. Mi mujer se empeñó en que nos fuéramos a Villaluenga del Rosario y así lo hicimos.

Fue una semana extraordinaria en uno de los apartamentos del hotel donde, poco a poco, iba recuperando fuerzas y de nuevo me volvían las ganas de vivir. No tuvimos suerte con el tiempo, o por lo menos eso creímos nosotros, pues no paró de llover en toda la semana, salvo el viernes por la tarde, pero eso no fue óbice para darnos largos y relajantes paseos bajo la pertinaz y fina lluvia que nos caía. En esa semana Dios hizo que me embelesara de un pueblo único en todos los sentidos.

Fue por entonces cuando conocimos a Berna Barea y a muchos de los buenos vecinos, hoy amigos, que poco a poco nos saludaban porque veían todos los días. A pesar de todo teníamos el “sello” de turistas. “Sello” que hemos ido perdiendo hasta convertirnos en unos vecinos más del pueblo con el paso del tiempo.

Desde esos días nuestra intención era hacernos con una casa para poder pasar todo el tiempo libre y de descanso que tuviéramos. El día de la Patrona, la Santísima Virgen del Rosario, se materializó todo. Fuimos a Villaluenga a la Función y posterior procesión con toda la familia: Mi suegra y los tíos Charo y Miguel para celebrar el santo de la primera. Lo hicimos en el  Restaurante “La Velada”.

A partir de entonces todos los fines de semana y “fiestas de guardar” la pasamos en Villaluenga del Rosario donde, con el paso de los días, nos consideran unos payoyos más para nuestro contento y orgullo personal.

He realizado todo este preámbulo para hablar de una persona, de un chico joven lleno de virtudes; trabajador, responsable, buena gente, comprensivo, buen hijo, hermano y mejor novio. Les estoy hablando de Alexander Sellez Muñoz, Alex para todos, al cual conocimos por medio del Casino donde trabajaba. Siempre alegre, predispuesto, amigo de sus amigos, es de ese tipo de personas que la palabra dada vale más que cualquier contrato firmado delante o mediante un notario. Es un buen conversador y le gusta leer mucho, en eso coincide con Charo Oliva, Toni y con nosotros. Un día le prometimos que le regalaríamos un libro, y así lo hicimos, de novela histórica del afamado escritor y sacerdote; Jesús Sánchez Adalid. “El Caballero de Alcántara” fue el título de la obra porque muchas de las virtudes que destacan en este libro se pueden extrapolar a nuestro querido y joven amigo.

Lo mismo te lo encuentras en el Casino que ayudando a sus padres, a sus amigos o visitando a su novia en Ubrique. Le gusta mucho el Carnaval de Cádiz, es un devoto de al Virgen del Rosario, Patrona de Villaluenga, a la que quiere mucho y un experto en informática. Su novia ocupa un lugar muy importante en su vida, como debe ser. Sin duda él tiene mucha suerte como una mujer como ella aunque ella no le va a la zaga pues se lleva a un joven con unos valores que no se prodigan mucho en estos enrarecidos tiempos.

Mi querido Alex:

Dentro de unos días nos veremos en Villaluenga del Rosario, en nuestro pueblo, y allí nos tomaremos un copazo a la salud de todo y de todos.

Lo prometido es deuda. Hace mucho tiempo que quería escribirte este post y hoy me ha parecido el mejor día para ello. Mañana publicaré el post denominado “Desde Villaluenga”, pero hoy el protagonista eres tú por ser simplemente como eres.

Un fuerte abrazo, amigo.

Jesús Rodríguez Arias

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