“Hugo Chávez es una persona parapléjica, es una persona que está acostada” las 24 horas del día. El doctor venezolano José Rafael Marquina ha hecho un seguimiento de la enfermedad del presidente bolivariano y determina que este no se levanta de la cama “porque el cáncer ya hizo metástasis en los huesos de la espalda o porque tiene afectados los nervios”, lo que implica que su enfermedad ya está en una fase muy avanzada y que, si volvió desde La Habana es porque “los médicos que le trataban en Cuba ya no pueden hacer nada más por él”.
El presidente venezolano, que continúa escondido en el Hospital militar Carlos Arvelo, en Caracas, no presenta mejoría alguna en su estado de salud. Chávez sigue sin dar la cara ante los medios ni ante la ciudadanía, y es el Ministerio de Comunicación, Ernesto Villegas, quien retransmite al pueblo la situación del comandante.
Empleando el mismo lenguaje comedido y aséptico que al que Gobierno acude cada vez que habla de la salud del comandante, Villegas apuntó que “la insuficiencia respiratoria surgida en el curso del posoperatorio persiste, y su tendencia no ha sido favorable, por lo cual continúa siendo tratada. En cambio, el tratamiento médico para la enfermedad de base continúa sin presentar efectos adversos significativos hasta el momento.”
El Hospital Militar en el que permanece Chávez ha sido bunkerizado y nadie puede ver al presidente. Ni siquiera su amigo y homólogo boliviano, Evo Morales, ha recibido autorización para verle. El apartamiento monacal del Comandante, puntualiza Villegas, no ha alcanzado a sus más allegados, que pueden visitarle.
“El paciente se mantiene en comunicación con sus familiares, con el equipo político del Gobierno y en estrecha colaboración con el grupo médico de trabajo”. Sospechas y dudas A pesar de la insistencia de Miraflores en que el presidente se recupera en el Carlos Arvelo, muchos de los trabajadores del centro médico dudan de su presencia en el complejo. Todo el mundo conoce a alguien que conoce a alguien que lo ha visto, pero nadie reconoce haberle visto en persona.
Cuando, en otras ocasiones, Chávez se ha alojado en el Hospital Militar, el Ejecutivo ocupó la totalidad del mismo, y los ciudadanos estaban vetados en el Carlos Arvelo; ahora, tan sólo la novena planta está reservada al jefe de Gobierno, algo del todo insólito. Como el hecho de que no haya francotiradores apostados en las azoteas, ni más seguridad –en el rellano que hay entre el piso octavo y el noveno–, que un civil frente a un escritorio y algunos guardias.
En la planta baja, sin embargo, sí hay dos puestos de control de la Policía, y un detector de metales. Además, el metrobús ya no hace parada en el recinto hospitalario, y las ventanas de la planta octava han sido reforzadas con rejas. Aunque parecen demasiadas medidas de seguridad como para que el presidente no se encuentre en el hospital, también podría ser lo contrario.
Exigir transparencia
La falta de transparencia ha empujado al diputado Abelardo Díaz a acusar al Gobierno de “aportar absolutamente nada serio y claro sobre su [la del presidente] verdadera situación física”, y ha advertido de que “la paciencia de los venezolanos en torno a este tema se agota ante la falta de información oficial convincente y ante la necesidad imperiosa de conocer la verdad”.
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