Foto de mi amigo Berna Barea
Esta semana mi particular retiro
del “mundanal” ruído empieza antes. Hoy, jueves, último día del mes aprovecho
para hacer “puente” y marcharnos a nuestro pueblo.
Dicen que allí está haciendo
mucho frío, otros opinan que si no nos aburrimos de pasar nuestros días libres
en un lugar tan pequeño, hay algunos que opinan que tenemos dependencia a este
bello rincón.
En estas aseveraciones unos
tienen razón y otros no. Es verdad, en la sierra hace bastante frío, aunque al
ser seco con solo abrigarte y hacer algo de ejercicio terminas por no acordarte
de él, también les digo que tienen razón a los que opinan que tengo cierta
dependencia porque, en la madurez de mi vida, he encontrado un lugar donde ser
feliz cuesta muy poco, donde no se necesitan grandes cosas para sentirte pleno,
donde desde la soledad estás inmensamente acompañado, donde el espíritu se
mantiene elevado por el solo hecho de encontrar momentos propicios, en medio de
la naturaleza, para la oración y para la meditación profunda de nuestro devenir
diario. Por contra les diré a los que piensan que es aburrido que, a mi
entender, están equivocados aunque esta equivocación es por ignorancia. ¡No os
podéis imaginar la cantidad de cosas que se pueden hacer! En mi caso os diré
que me faltan horas, que siempre dejo cosas para otra semana, para otros días.
Me lo paso tan bien, me llena tanto, tengo tan buenos amigos de los que
hablamos de lo divino y de lo humano con total libertad y con escrupuloso
respeto.
Dentro de unos minutos nos
vamos, camino hacia Villaluenga del Rosario donde nos espera la impresionante
sierra del Caíllo, un recoqueto pueblo blanco mecido entre montañas, todo
enmarcado en un tapiz verde con el que se termina un bello cuadro con un
paisaje espectacular. La belleza de lo sublime, de lo sencillo.
Y allí, en medio de esa
maravilla, sus gentes, nuestra gente, que nos reciben con los brazos abiertos.
Desde que llegamos recibimos saludos y muestras de cariño por donde vamos.
Sentimientos estos que son recíprocos.
Cuatro días en medio de la naturaleza,
en mi querido pueblo, en la inmensidad de lo que es natural, de lo soberbio, de
la soledad buscada y encontrada que tanto bien hacen a mi corazón, a mi ánimo y
a mi alma.
Llego a estos días asfixiado e
intoxicado de muchas cosas que necesitan del lavado fresco que produce este
retiro y antes el Señor del Sagrario, en intimidad absoluta, rezaré, hablaré y
escucharé lo que necesita mi alma, que es el motor de mi cuerpo, para seguir
prestando servicio allá donde esté.
Cuando emprendemos el Santo
Padre Benedicto XVI está viviendo sus últimas horas de Pontificado, cuando
volvamos y empiece a actualizar este blog, la Sede de San Pedro estará vacante
a la espera que el Cónclave con la ayuda, imprescindible, del Espíritu Santo
elija un nuevo Papa que debe regir a la Santa Madre Iglesia.
Os pido, por favor, que hoy recemos por Su Santidad Benedicto XVI
así como el Colegio Cardenalicio y por nuestra Madre la Iglesia. Yo, aprovecharé
estas tranquilas jornadas para hacerlo en la profunda intimidad interior que
Dios me está regalando.
El próximo domingo 3 de Marzo
nos volvemos a encontrar en nuestro blog.
Un fuerte abrazo y que Dios os
bendiga,
Jesús Rodríguez Arias
Jesús, aprovecha también estos momentos de oración, soledad y meditación, como Nuestro Señor Jesucristo, para pedir por las personas que no tienen nada, por los que viven de la Caridad pública, por los que necesitan un techo, por los que no tienen que comer,no sólo fuera de España, sino dentro de Ella y ten presente siempre en tu vida que como tú trates serás tratado. Un abrazo de compañero/a
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