Benedicto XVI no «podrá hacer pública una sola palabra» más, tras hacerse efectiva su renuncia, pero eso no significa que no vaya a seguir escribiendo. Monseñor Rudolf Voderholzer, obispo de Ratisbona y director del Papst-Benedikt-Institut, confía en que a Joseph Ratzinger le quede frescura espiritual para terminar «proyectos iniciados», que, en todo caso, no se publicarían en vida de Benedicto XVI
Noticia digital (25-II-2013)
Tras hacerse efectiva su renuncia, Benedicto XVI «no podrá hacer pública una sola palabra». Así lo cree el nuevo obispo de Ratisbona, monseñor Rudolf Voderholzer, cuyo predecesor, monseñor Müller, fue llamado por Benedicto XVI como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El obispo, que también es director del Papst-Benedikt-Institut, afirma dedicará todas sus fuerzas a continuar con la labor de legar la obra de Joseph Ratzinger/Benedicto XVI a las futuras generaciones. Hasta ahora, han sido publicados siete de los 16 tomos de las obras completas de Ratzinger (en español, sólo una ha visto por ahora la luz).
Monseñor Voderholzer no podrá ser recibido por el Santo Padre antes del 28 de febrero, pero aclara que la misión del Instituto seguirá plenamente vigente e incluso confía en que Papa tenga fuerzas para terminar «proyectos iniciados», sobre los cuales no hizo ninguna precisión. Sí dejó claro, en todo caso, que esos textos, eventualmente, sólo podrían ver la luz tras la muerte de Benedicto XVI.
A juicio del obispo de Ratisbona, Benedicto XVI será recordado como «el Papa teólogo y uno de los más grandes predicadores en la silla de Pedro» de la historia. Como síntesis del pontificado, monseñor Voderholzer destaca el título de la primera encíclica, «Dios es amor», el encuentro con Cristo como algo que debe ser permanentemente actualizado en la vida del creyente y la misión evangelizadora de la Iglesia.
R.B.
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