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2º.- ¿QUIENES SON LOS ESPIAS?
Recurro a uno de los autores más autorizados en este tema, el primer español que ya en 1962 inicia esta especialización, en un momento y durante una época en la que era muy complicado abordar estas cuestiones (aun lo es, pero entonces lo era mucho más). Domingo Pastor Petit, en 1976 publica “La guerra de los espías”, “el tenebroso mundo de los agentes secretos”, en cuya obra hace un “retrato del espía”, y se pregunta: “¿Quién es realmente el espía, ese hombre tan solitario, y qué calidad humana aporta a la profesión?
Pastor Petit se contesta a si mismo: “Tras el sujeto enmascarado de espía suele haber algo que el lector no es muy dado a sospechar en quienes le rodean…Este oficio gris, frío, mal compensado y compañero cierto de la angustia, que precisa nervios de acero y tesoros de inteligencia deductiva e intuición, recluta lo más selecto de sus artesanos en las filas de los idealistas. Si, hay que repetirlo: de los idealistas”
Las razones por las que un hombre o una mujer llegan a la profesión pueden ser muy variadas y no todas tan nobles, los motivos pueden ser infinitos, aunque hoy en día, los procesos de selección son muy rigurosos y no terminan nunca. No solo se trata de seleccionar al “informador perfecto”, en el que Petit destaca la imaginación y la audacia, sino en un seguimiento continuo de sus actividades para evitar desvíos o condiciones negativas no detectadas en la selección o sobrevenidas.
Ya hemos dicho que en los orígenes eran fundamentalmente militares en escenarios de conflicto bélico, aunque esta no fuera una condición indispensable. Realmente se van incorporando profesiones como la diplomacia, el periodismo, empresarios y personas que por sus conocimientos, profesión, idiomas, o cualquier otra característica personal pueda ser susceptible de incorporarse a un servicio de inteligencia.
Las cualidades personales de cada agente determinaran también su campo de actividad, como veremos más adelante, porque dentro de un servicio no todos los agentes realizan el mismo trabajo.
En sus inicios, los componentes suelen ser en todos los servicios occidentales, mayoritariamente militares y policías, y el sistema de selección era la cooptación, es decir, los propios miembros del servicio hacen las propuestas a los organismos de selección, pero las necesidades de incorporar a personas con una determinada profesión o con conocimientos específicos de una materia ha impuesto sistemas alternativos de incorporación, fundamentalmente en el mundo de las universidades.
Siendo la procedencia tan variada, ninguna característica visible puede distinguir a un espía del resto de sus conciudadanos. Precisamente de eso se trata, de que pasen desapercibidos, no solo por su apariencia física, sino incluso por su vida aparente, lo que llamaremos coberYa hemos dicho que el agente esta sometido a una evaluación continua, pero para integrarse en el servicio debe pasar pruebas y cursos muy exigentes que no todos superan. No es cuestión aquí de especificar estas pruebas, pero ya se comprende que se centran en cualidades como la serenidad antes situaciones limite, tests de inteligencia, habilidades específicas, conocimientos de idiomas y otras que den a los equipos de selección el verdadero perfil del candidato.
Superadas las pruebas de selección, el futuro agente realiza cursos de inteligencia que completan su formación básica, porque, más adelante y antes de ocupar determinados destinos volverá a pasar un proceso de selección especifico del puesto y, una vez superado, realizará un curso que le de un conocimiento lo mas completo posible de su nueva misión.
Por ejemplo, un agente va a ser destinado a un país extranjero. En el proceso de selección deberá acreditar, entre otros conocimientos, un nivel de idioma elevado. Posteriormente, el seleccionado o seleccionada, porque aunque me refiero siempre a agentes, estos pueden ser indistintamente hombres o mujeres, recibirá una completa formación sobre el país, su economía, fuerzas armadas, política, sociedad, costumbres, industria, … y las personas mas destacadas, sin olvidar algo fundamental, su cobertura, ¿Quién va a ser en el nuevo país?, un diplomático, un empresario, un estudiante,…
3º HUMINT / SIGINT .-
Estamos hablando de agentes de inteligencia, de espías, y hemos visto un poco de su historia, pero no hemos mencionado nada referente a la tecnología con aplicación en el espionaje.
una primera división en cuanto al sistema o la forma de obtención de la información: SIGINT o “Inteligencia de Señales” y HUMINT o “Inteligencia obtenida por medios humanos”.
La tecnología aplicada a la obtención de información ha evolucionado de forma espectacular. Lo que hace unos años parecía impensable hoy es una realidad, sobre todo en lo referente a la tecnología de obtención de imágenes por satélite, escuchas o la tecnología informática. En una carrera tecnológica cuyos avances ni imaginamos, se avanza tanto en la obtención como en la protección de la información.
Un ejemplo puede aclarar este tema: Hace años una escucha, una información contenida en un disco duro de un ordenador, una fotografía, requería prácticamente el acceso físico al soporte de la información. Hoy esto no es necesario, se puede obtener a mucha distancia del objetivo.
Los sistemas de protección eran entonces las alarmas, vigilancia, sistemas de seguridad…pero hoy esas protecciones son vulnerables y entonces se recurre a las cámaras de Faraday, apantallamientos, y otros sistemas que impidan la vulneración de la confidencialidad.
Pero la tecnología, a pesar de su increíble desarrollo no ha logrado desplazar la obtención de información por medios humanos, la que obtienen directamente de la fuente los agentes y sus colaboradores o confidentes.
También en el mundo de las redes de espionaje hay tantas motivaciones como personas. Cada una de ellas tiene una razón para prestar un servicio por el que en muchos casos arriesga su vida. No siempre o fundamentalmente son razones económicas, también en ese mundo hay idealistas o razones de todo tipo que impulsan a prestar una arriesgada colaboración con un país extranjero o una organización enemiga.
Aunque pueda parecer difícil de entender, hay colaboradores que no saben exactamente para quien están trabajando. En determinadas situaciones, el agente secreto puede utilizar personalidad o apariencia contraria a la verdadera para lograr una colaboración o una información puntual.
4º INFORMACION / INTELIGENCIA / CONTRAINTELIGENCIA .-
La confusión general sobre la denominación correcta de los Servicios de Espionaje, viene del desconocimiento de lo que significa cada una de ellas:
Información es el “producto” obtenido de las fuentes. Independientemente del sistema de obtención, técnicos o humanos, esta información pasa por “filtros” que la catalogan y dan un grado de fiabilidad.
Todas las informaciones obtenidas sobre un determinado asunto son procesadas por especialistas en el país o el asunto en cuestión. El producto final, el destilado final, lo que se convierte en el informe que llega a las autoridades, es a lo que se llama Inteligencia.
Por el contrario, el trabajo que se hace para neutralizar las acciones de espionaje “enemigos”, se conoce como Contrainteligencia o Contraespionaje.
Dentro de un Servicio existen, fundamentalmente, personas que se dedican a estas tres funciones, muy distintas entre ellas y que, por lo tanto, exigen una formación y preparación especiales y concretas.
Un agente de contraespionaje debe tratar de detectar la presencia de agentes “enemigos” y de sus redes de colaboradores, evitar que estos obtengan la información clasificada que pretenden y desarticular su estructura.
Contraespionaje es también establecer los medios, técnicos y humanos, para la protección de la información clasificada.
5º ¿SERVICIOS AMIGOS?
Durante la Guerra Fría entre los Estados Unidos y Rusia, o más exactamente, entre la OTAN y el PACTO DE VARSOVIA, era muy frecuente, por una y otra parte, la desarticulación en su territorio de redes de espionaje del otro bando. Recordamos episodios de este tipo en España, con expulsiones de miembros del KGB y GRU (espionaje militar) soviéticos, de la STASI de Alemania del Este, o los Servicios de Inteligencia cubanos, como los más activos en nuestro país.
También se detectaron y expulsaron o detuvieron algunos de los conocidos como agentes dobles. Un agente doble es, por lo general, un colaborador cuya motivación es económica y decide, en un momento determinado, utilizar su posición para pasar información en sentido contrario, aunque hay otras motivaciones, como hemos visto en el caso de Garbo.
Otra figura frecuente de la que de vez en cuando oímos o leemos en los medios, son los agentes “durmientes”. Durante la “guerra fría” los servicios soviéticos llegaban a tener a agentes y sus familias durante años en países donde no realizaban ninguna labor de espionaje, sencillamente se trataba de construir una personalidad nueva y nada sospechosa para, en el momento en que lo necesitaran trasladarlos al país objetivo.
Más de quinientos terroristas islámicos han sido descubiertos y detenidos en España en los últimos años, algunos de ellos miembros durmientes del terrorismo islamista, personas perfectamente integradas en la sociedad como miembros activos de asociaciones, ONG, protección civil…, con un doble objetivo: confundirse con el paisaje y obtener información sensible.
Con frecuencia se habla de “servicios amigos” para referirse a servicios con los que se colabora habitualmente, pero el término “amigo” es inapropiado. Recordemos alguna expulsión de “diplomáticos” norteamericanos de nuestro país.
Los servicios son “amigos” o “enemigos” en función de los intereses concretos de cada caso.
No siempre las relaciones entre países se corresponden con la de los servicios. De hecho, se dice, con razón, que cuando la diplomacia ha agotado todas sus posibilidades, intervienen los servicios, por ejemplo en los casos de secuestros, actos de piratería,…En esas y otras situaciones los vínculos entre servicios se mantienen y ayudan a resolver casos conflictivos.
Así pues los términos, amigos o enemigos, para referirse a los servicios de inteligencia no tienen más vigencia que las puntuales
En esto momentos existen once grandes conflictos y veintitrés menores, treinta y cuatro conflictos bélicos sin eufemismos, 34 guerras declaradas, algunas de las cuales duran ya muchos años. En la vieja Europa, muy recientemente hemos vivido las guerras que han dado lugar a la desmembración de Yugoslavia en los 90, un poco antes, en 1982 la corta pero cruenta Guerra de las Malvinas.
En situaciones como la guerra contra el terrorismo de Afganistán y no digamos nada en la que se esta librando en Malí y toda el África Central contra Al Qaeda y que ha llegado ya a Argelia, los Servicios de Inteligencia tienen una labor importantísima. Ahora el conflicto no esta a dos horas de vuelo como Yugoslavia, lo tenemos en las puertas, además Argelia es nuestro principal proveedor de gas natural, con lo que nuestra necesidad de información sobre el conflicto es vital.
En un mundo globalizado y con los medios de comunicación y la tecnología actuales, nada nos es ajeno. Nuestros intereses como país, nuestra defensa contra el terrorismo internacional requiere la presencia de los Servicios Secretos en todos los escenarios. Recordemos a los siete agentes secretos españoles muertos en Bagdad el 29 de noviembre de 2003.
A veces se trata de una negociación no oficial entre las partes en conflicto sobre una cuestión puntual, otras el rescate de rehenes, la obtención de datos sobre las fuerzas enemigas, la evaluación de los daños causados por las fuerzas propias, y en general la obtención de información que pueda contribuir a la derrota del enemigo.
En este campo del espionaje, las alianzas son siempre, o casi siempre, de conveniencia y duran lo que duran los intereses comunes. No hay que confiar demasiado en un Servicio por muy amigo que sea. En el momento en que los intereses dejen de ser compartidos, cada uno trabajará por los suyos propios, olvidando pactos y acuerdos anteriores.
En definitiva, un Servicio de Inteligencia solo tiene como objetivo la defensa de los intereses de su país, en eso trabajan sin descanso y por eso arriesgan sus vidas. La sociedad les debe un reconocimiento pero el mismo carácter secreto de su existencia lo impide. Sea este el modesto homenaje a los hombres y mujeres de nuestro Servicio de Inteligencia.
Muchas gracias.
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