jueves, 21 de febrero de 2013

"UN CINE ESPAÑOL DE CALIDAD ES UNA MAGNÍFICA NOTICIA".




Entre los Goya y los Óscar, Alfa y Omega entregó el 20 de febrero sus Premios de cine, que llegan a su XVIII edición. Con estos premios, se pretende «dar una visión del arte que es fundamental que el mundo sepa», aseguró el obispo auxiliar de Madrid, monseñor César Franco, que presidió el jurado
Noticia digital (21-II-2013)

Blancanieves, Las aventuras de Tadeo Jones y Buscando a Eimishson las tres cintas españolas que han dado a los Premios de cineAlfa y Omega 2012 un «genuino sabor español». Los premios se entregaron en un acto en el que participaron el obispo auxiliar de Madrid y Presidente del Jurado, monseñor César Franco, el director de Alfa y Omega, Miguel Ángel Velasco, y el crítico de cine del semanario, Juan Orellana.
Monseñor César Franco explicó, en su intervención, que cuando el semanario comenzó a fallar sus premios, «lo hacía para reconocer» en el cine algo que ha hecho desde sus inicios: «contemplar al hombre en su totalidad sin que nada de lo humano se escape de la luz de la fe». A pesar de que los premios se sitúan entre los Goya y los Óscar, «no nos acomplejamos, porque damos una visión del arte que es fundamental que el mundo sepa», para lo que recordó el magisterio del Concilio Vaticano II y los últimos Papas sobre el arte. Por eso, cuando se otorgan estos premios, es «sabiendo que hacemos un servicio a la Iglesia y a la sociedad».
El director de Alfa y Omega, Miguel Ángel Velasco, subrayó que la nota característica de los Premios de este año es su «genuino sabor español, a pesar de la dura crisis. Un cine español de calidad es una magnífica noticia, y resulta sumamente gratificante poder subrayarlo». Por otro lado, Velasco se felicitó de que «los Premios Goya -sectarismos ideológicos y políticos al margen- hayan reconocido como mejor cine del año» las mismas películas premiadas por este semanario; y leyó en este hecho «que cuando el cine es arte de verdad, cuando está bien hecho, es instrumento insuperable de la Verdad y de la Belleza, que se imponen, por su propia fuerza, a cualquier espectador inteligente, lúcido y atento».
Otra característica importante de este año es que se mantiene el listón que los premios del año anterior dejaron alto, en relación al «claro despertar del cine religioso, la desaparición del tabú, del tópico y del prejuicio»; así como al «creciente número de películas de calidad para niños. Los niños son quienes mejor detectan la Verdad». Velasco terminó deseando «que este reconocimiento» animase a los premiados «a seguir en la misma admirable tensión creadora».
El cine como arte
La clara ganadora de los Premios este año es Blancanieves, de Pablo Berger, reconocida con los de Mejor Película Española, Mejor Actriz (Macarena García), Mejor Banda Sonora (Alfonso de Vilallonga) y Mejor Fotografía (Kiko de la Rica). Con estos reconocimientos -explicó el crítico de cine del semanario Juan Orellana- Alfa y Omega «premia el valor intrínseco del cine como arte, es decir, la objetividad de la belleza como ingrediente imprescindible de cualquier arte que dignifica a quien lo contempla». La cinta «no sólo es una lección de cine, sino un brillante testimonio de algunos aspectos de la tradición cultural española, tan eclipsada últimamente por razones raquíticas».
Dentro del cine español, también se ha premiado Las aventuras de Tadeo Jones, de Enrique Gato, como Mejor Película de Animación, y la directora Ana Rodríguez Rosell, directora de Buscando a Eimish, como Premio Revelación. Esta última película, subrayó Orellana, es «prueba de que el cine español ha emprendido nuevos caminos, frescos, que hablan de los problemas y los sueños reales de la gente. Concretamente esta película es un hermoso canto a la vida y a los vínculos de pertenencia».
Amor a contracorriente
Con dos premios cada una, empatan Amor bajo el espino blanco, del chino Zhan Yimou, y Prefiero el paraíso, de Giacomo Campiotti. La primera «habla de un amor tan puro que es difícil imaginar a un director occidental que se atreviera con una historia tan contracorriente», lo que le ha valido los premios como Mejor Película Extranjera y Mejor Director. En cuanto a Prefiero el Paraíso, ha sido galardonada como Mejor Actor (Gigi Proietti) y Mejor Película sobre la Fe, al ser una semblanza sobre san Felipe Neri, «un hombre cuya fe movió algo más duro que las montañas: el corazón de muchos de sus coetáneos». La también italiana Terraferma, de Emanuele Crialese, ha sido premiada como Mejor Película a favor de la Vida.
Este año, el cine norteamericano -explicó Orellana- «ha llamado la atención al jurado» sobre todo «en su vertiente política»: Argo, de Ben Affleck (Mejor Guión), y Los idus de marzo, de George Clooney (Mejor Película de Contenido socio-político), que «habla del cáncer de la corrupción moral en la política. Y lo hace con la lucidez de los clásicos». Del mismo país llega, por último, Tan fuerte, tan cerca, de Stephen Daldry (Mejor Película sobre la Familia), que «exalta la relación con el padre de una forma conmovedora».
María Martínez López

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