Implícate en cada actividad que desarrolles a lo largo de la jornada. Actúa con el convencimiento de que estás exactamente en el lugar en el que debes, y en el preciso instante en el que debes. Entrega de ti mismo todo lo que en ese momento puedes entregar. Incluso cuando la actividad que estás desarrollando no resulte todo lo bien que esperabas, llegado el final de la jornada podrás descansar satisfecho.
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