Está vengándose del tremendo varapalo que el pasado 20 de noviembre le atizamos los españoles en las urnas. El las está rompiendo en la calle. No solo es una conducta miserable, es el guión de la agitación callejera que siempre han manejado los socialistas cuando han perdido las elecciones. Rubalcaba es el Largo Caballero de este siglo: un personaje sin recato que no tiene el menor empacho de conducir a este país al caos para responder a pedradas lo que no pudo conseguir con votos. Sus sindicatos le están siguiendo hacia el abismo, con una desvergüenza que solo puede ser contestada desde el Gobierno con una medida: quitarles toda subvención.
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