Día de la Familia
«Si se hubiera escuchado a Juan Pablo II...». Esta fue una de las frases que el cardenal Rouco pronunció en su homilía durante la misa por las familias, ayer en Madrid. Efectivamente, si se le hubiera escuchado cuando dijo que nada podía justificar la muerte de un inocente mediante el aborto, nos habríamos ahorrado millón y medio de muertes inocentes en España. Muertes de niños por sus madres, que, entre otras cosas más importantes aún, habrían servido para evitar el desequilibrio demográfico que hay en España y que generará grandes problemas, por ejemplo en el pago de las pensiones.
Pero lo más importante no fue ni esa frase ni la defensa de la vida que hizo el cardenal. Lo más importante fue, una vez más, que miles de personas se reunieron para rezar por la familia, para agradecer a Dios por haber nacido en ella, y para demostrar con su presencia en la calle que hay millones de españoles que no sólo están preocupados por la crisis económica sino que anteponen a ésta la preocupación por la gravísima crisis moral que vive nuestra sociedad. Crisis moral que es la verdadera raíz de la económica y que tiene en la familia y en el aborto dos test que revelan su intensidad. Con el espíritu alegre y valiente de la JMJ, los católicos han vuelto a gritar de forma pacífica su sí a la familia. Dios quiera que el Gobierno les oiga.
Santiago Martín
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