Manos de la Virgen aliñan pajas de rubios trigales y sobre el mazo mullido, tienden blancor de pañales.
Cuatro mil años pasaron, se aguardó cuarenta siglos, para que este humildisimo acto fuera en el mundo cumplido.
Ya llegó la medianoche,nevada y oscurecida; en resplandor de prodigios está la gruta encendida.
Cuatro mil años pasaron, se aguardó cuarenta siglos, a que en este humilde establo naciera este humilde Niño.
Afuera celestes voces dan la nueva a los pastores, mientras los ángeles cantan: "Gloria a Dios... paz a los hombres".
Hay un hondo simbolismo en la humildad del pesebre; trigos que un día serán hostias, linos del altar manteles; el Dios-Niño, que ha de darse por amor y en sacrificio de pan a las almas fieles.
Todo lo que nosotros hemos visto y oído, lo que estamos viendo y oyendo a diario, no es sino pura manifestación del amor infinito de nuestro Dios. Preparamos nuestro corazón para recibirlo el día de Navidad con humildad y gratitud por tanto y tan hermoso como Él ha hecho con nosotros
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