viernes, 30 de diciembre de 2011

EN EL DÍA DE LA FAMILIA.

Hace ya algunos años que escribo un artículo dedicado a la Familia en el día que se celebra esta institución básica para todo ser humano, para toda la Sociedad.

Antes lo hacía desde un ámbito más limitado como es un boletín parroquial, toda vez que mi mujer y yo éramos los responsables de Pastoral Familiar de la Parroquia del Santo Cristo en San Fernando, responsabilidad que hemos llevado a cabo hasta el pasado mes de septiembre que dimitimos porque Dios te va guiando hacia otros caminos para hacerte más fructífero a la Sagrada Misión que cada uno de nosotros tenemos encomendada.

Hoy se celebra el Día de la Sagrada Familia. Hoy, como ayer en Belén, muchas familias están pasando necesidades por culpa de la acuciante situación que estamos viviendo. La crisis económica ha hecho y está haciendo verdaderos estragos, pero también la acompañan: La crisis de valores y de creencias.

En los tiempos que corren se cuestiona todo y sobre todo se cuestiona el modelo de familia, más si se trata de familia cristiana, un modelo basado en la generosidad, en el trato igualitario para cada uno de sus miembros, la entrega de todos los que la componen, un modelo de responsabilidad implícita, un modelo de que todos somos necesarios e importantes por ser, simplemente, como somos. Si a esto le unimos la fe y la creencia de que Dios está en medio para ayudar a sobrellevar los malos momentos que podamos vivir.

La Familia, como tal, se ha revalorizado a pesar de tantos ataques por las dificultades tan atroces que se están padeciendo por el desempleo y por los umbrales de pobreza que estamos inmersos por la galopante crisis económica que nos lleva castigando durante demasiado tiempo ya. Muchas parejas, muchos hombres, mujeres y niños verían su desgracia aumentada por mil si no fuera por el gran sostén que es la Familia. En estos tiempos de grandes penurias y debilidades, la única institución que ha salido refortalecida es: LA FAMILIA. De aquí su importancia y su puesta en valor motiva este post que hoy publico en sedvalientes.blogspot.com para compartirlo con todos vosotros.

Hoy miles de personas están, estamos, convocadas en Madrid para ensalzar el valor de la Familia por medio de una Eucaristía. Este acto ya tiene, después de cinco convocatorias consecutivas, una dimensión Europea. Esta tarde en Madrid se habrá vivido una alegría especial, la que da cientos de familias unidas por un mismo fin.

La respuesta ha sido extraordinaria, como siempre, y cientos de miles de personas han asistido a la Eucaristía por las Familias que se ha celebrado en la madrileña Plaza de Colón.

Debo deciros que todos hemos aprendido de su valor e importancia desde dentro de la misma. Yo, personalmente, se lo debo a mis padres y sobre todo a mi madre, porque mi padre murió siendo yo un niño, que me  inculcó el valor y la importancia de la Familia cristiana. Pero debo deciros que he experimentado en propia piel de su verdadera dimensión cuando yo he creado la mía y se lo debo a mi mujer, Hetepheres, que ha sabido transmitirme con su ejemplo de vida lo que es y debe ser una auténtica familia.

En familia vivimos todos y todo los que nos rodea forma parte de nuestra familia.

Doy gracias a Dios por mi familia; por mi madre, mujer, hermanos, suegra…, doy gracias por mi familia de hermanos-amigos, doy gracias por mi familia de la Hermandad de los Afligidos, a sus hermanos, que son muy poco mimados y deben tener la consideración y el respeto que se merecen, doy gracias a mi familia de la Asociación Católica de Propagandistas, doy gracias a mi familia de los Caballeros Hospitalarios, verdaderos hermanos entregados en cuerpo y alma a los más necesitados y desfavorecidos de la Sociedad, doy gracias a mi familia de la Santa Madre Iglesia por tanto y bueno como me ha dado y doy gracias a Dios por hacerme el hombre que soy, con mis miserias y mis virtudes, todo son obra suya.

Quiero recordar en este artículo explícitamente a mi familia: Ana y Fede y a nuestros ahijados: Ignacio, Belén, Federico y Nicolás. A Paco y Carmiña junto a Carmen, Jacobo con su querida mujer y Paco.

También hoy, que es día de recuerdos de familia, quiero mencionar a Lola, Mª José, Antonio, Paco y también a mi Director Espiritual; D. Manuel Orta Gotor, a Alfredo, Rafael, Julián, Alejandro, Paco, Manolo, Juan Carlos, Gaspar, Ana, Gasparín, Manolo, Maribel.

Gracias a todos ellos y a más que se me quedan en el tintero sé y valoro la verdadera dimensión de la FAMILIA porque me han enseñado, y he podido vivir junto a ellos, lo que verdaderamente significa.

            

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